La predicción del mayor fabricante de baterías del mundo para los barcos eléctricos capaces de cruzar océanos

El futuro de CATL apunta a una mayor expansión en la electrificación marina. Según adelantó recientemente una ejecutiva de la compañía, los barcos totalmente eléctricos podrían navegar con seguridad en mar abierto en un plazo relativamente corto.

Los barcos eléctricos podrán cruzar los océanos en los próximos tres años y aumentar el turismo responsable

CATL, el mayor fabricante de baterías del mundo, ya abastece a dispositivos electrónicos, vehículos eléctricos e incluso aeronaves eléctricas. En los últimos cinco años, también impulsó la transición hacia embarcaciones eléctricas, y varios de los barcos completamente eléctricos más grandes del planeta funcionan con su tecnología.

Hasta ahora, estas embarcaciones de pasajeros se limitaron a operar en ríos y zonas costeras, consideradas más seguras. Un caso emblemático es el Yangtze River Three Gorges No. 1, un barco turístico fluvial desarrollado en 2020 con 10.000 celdas LFP provistas por CATL. En aquel momento, la compañía destacó que se trataba del crucero fluvial totalmente eléctrico con mayor capacidad de pasajeros y mayor potencia del mundo. A medida que la densidad energética de las baterías crece, también lo hacen las posibilidades de construir embarcaciones más grandes y aptas para cubrir distancias más amplias.

En este contexto, CATL afirmó recientemente que barcos de tamaño suficiente para cruzar océanos podrían ser completamente eléctricos dentro de los próximos tres años.

Según CnEVPost, Su Yiyi, directora de la división marina de CATL, señaló en una sesión informativa en Shanghái que la compañía ya está avanzando en tecnologías específicas para aplicaciones oceánicas. “En un futuro cercano -quizá dentro de los próximos tres años- veremos embarcaciones totalmente eléctricas navegando en mar abierto”, sostuvo.

Desde 2017, CATL participa en el desarrollo y suministro de baterías para barcos eléctricos, y en 2022 creó una filial dedicada exclusivamente al sector marino. Hasta hoy, sus baterías alimentan unas 900 embarcaciones, lo que representa cerca del 40% del mercado global, según datos de la empresa.

Este verano, China vio zarpar al Yujian 77, su primer barco turístico totalmente eléctrico, desarrollado junto a CATL e impulsado por su sistema de baterías marinas. Su debut marca un nuevo hito y abre el camino para que, en un futuro cercano, embarcaciones eléctricas de mayor porte puedan aventurarse mar adentro.

El objetivo es generar un impacto positivo en los océanos al evitar el uso de combustibles fósiles

Desarrollo y contexto actual

El anuncio se da en un momento en que la industria naval enfrenta una presión creciente para reducir sus emisiones. El transporte marítimo internacional, que representa alrededor del 3% de las emisiones globales, está sujeto a regulaciones cada vez más estrictas: desde los nuevos criterios de intensidad de gases de efecto invernadero promovidos por la Organización Marítima Internacional hasta la incorporación progresiva del sector a los sistemas de comercio de emisiones en regiones como la Unión Europea.

Este nuevo marco regulatorio obliga a astilleros y operadores a buscar alternativas más sostenibles. Hasta ahora, las soluciones más avanzadas han sido los sistemas híbridos, el uso de hidrógeno o metanol verde y las velas automatizadas. La electrificación completa, limitada por el peso de las baterías, parecía viable solo para trayectos cortos. Sin embargo, el avance de las baterías marinas de alta densidad y larga vida útil -basadas en químicas más estables como el LFP y sus derivados- comienza a habilitar rutas costeras más largas y, en el futuro, incluso travesías oceánicas.

Aunque no es la única compañía trabajando en esta frontera, CATL es una de las que más rápido está escalando. Su integración vertical le permite ajustar módulos, sistemas de gestión térmica y electrónica de potencia a las demandas particulares del entorno marino, donde la corrosión, las vibraciones y las fluctuaciones de temperatura representan desafíos significativos.

Al mismo tiempo, diversos proyectos piloto en Europa y Asia demuestran que la electrificación naval ya es una realidad. Ferris regionales en Noruega, cargueros costeros en el Báltico y embarcaciones de apoyo portuario en Japón operan actualmente con propulsión totalmente eléctrica. Estos casos funcionan como laboratorios reales para lo que podría ser la siguiente fase del transporte marítimo: buques capaces de realizar trayectos de media distancia sin recurrir a combustibles fósiles.

Cuál es el potencial

Si las proyecciones se concretan, los barcos eléctricos capaces de cruzar océanos podrían transformar múltiples sectores:

  • Turismo más sostenible, con cruceros pequeños y medianos que no emitan gases contaminantes en áreas protegidas o ecosistemas frágiles.
  • Cadenas logísticas regionales más limpias y eficientes, integrando embarcaciones eléctricas en puertos abastecidos por energías renovables.
  • Disminución del uso de combustibles fósiles en uno de los sectores más complejos de descarbonizar.
  • Puertos más silenciosos y con mejor calidad del aire, lo que tendría un impacto positivo en la salud de comunidades costeras.
  • Nuevas oportunidades industriales derivadas de la fabricación y mantenimiento de baterías marinas, con potencial para atraer inversiones y generar empleo tecnológico.

La transición será gradual. Pero cada nueva embarcación eléctrica que entra en servicio reduce un poco más el ruido, el humo y la dependencia del diésel que dominaron el transporte marítimo durante décadas. Y evidencia que, aun en mar abierto, la electrificación ya no es una utopía.

I M: Notas sobre negocios y sustentabilidad.