La NASA detectó una “mancha blanca” en África que podría esconder una estructura geológica

Desde la Estación Espacial Internacional, una imagen reciente llamó la atención de científicos y astronautas: en plena sabana africana, una brillante mancha blanca resaltaba sobre el lago Iro, en Chad.

La NASA detectó una “mancha blanca” en África

A primera vista, podría confundirse con nieve. Sin embargo, se trata de un fenómeno óptico que solo se revela desde el espacio. El resplandor -de unos 12 kilómetros de diámetro- ocurre cuando la luz del Sol incide sobre el agua con un ángulo exacto, generando un destello solar que también se refleja en el río Bahr Salamat, afluente del lago. La tripulación de la estación espacial puede ajustar su posición para captar estos reflejos con precisión, algo que los satélites no siempre logran.

Un lago con huella de impacto

Más allá de su brillo, el lago Iro encierra un enigma que fascina a los geólogos: su forma circular y la curvatura del río circundante apuntan a que podría haberse originado sobre un cráter de impacto.

En la década de 1980, se hallaron en la zona antiguos cristales que reforzaron la hipótesis de un evento violento. Un estudio reciente volvió a poner el foco en esta posibilidad, señalando que el comportamiento estacional de sus aguas coincide con el de otras estructuras formadas por meteoritos. De confirmarse, el Iro sería uno de los cráteres mejor preservados de África.

El estudio de este fenómeno ayuda a comprender los riesgos actuales de los impactos cósmicos

Por qué importa este hallazgo

Los cráteres de impacto son auténticas cápsulas del tiempo geológico. Revelan cómo meteoritos de gran tamaño chocaron contra la Tierra, modificaron el clima y afectaron la biodiversidad. Además, su estudio ayuda a comprender los riesgos actuales de impactos cósmicos y a diseñar estrategias para mitigarlos.

Los cinco hallazgos más relevantes de la NASA en Marte

Agua en estado líquido y hielo

Las misiones Mars Reconnaissance Orbiter y Curiosity confirmaron que en el pasado Marte tuvo ríos, lagos e incluso océanos. Además, en 2018 se detectaron indicios de agua líquida salada bajo el hielo del polo sur, lo que refuerza la idea de un planeta más habitable en su historia.

Agua en estado líquido y hielo

Atmósfera cambiante y pérdida de aire al espacio

La misión MAVEN demostró que gran parte de la atmósfera marciana se perdió hacia el espacio debido al viento solar, dejando un planeta frío y seco. Este hallazgo ayuda a explicar por qué un Marte que alguna vez fue húmedo se convirtió en un desierto helado.

Atmósfera cambiante y pérdida de aire al espacio

Metano variable en la atmósfera

El rover Curiosity detectó fluctuaciones en la presencia de metano, un gas que en la Tierra suele estar asociado a procesos biológicos. Aunque todavía no hay pruebas de vida, estas variaciones abren interrogantes sobre posibles fuentes geológicas o biológicas activas.

Metano variable en la atmósfera

Minerales que prueban un pasado habitable

Se identificaron arcillas y sulfatos que solo se forman en presencia de agua. Esto indica que, hace miles de millones de años, Marte tuvo condiciones químicas estables que podrían haber permitido la existencia de microorganismos.

Primeros intentos de producir oxígeno en otro planeta

En 2021, el experimento MOXIE del rover Perseverance logró generar oxígeno a partir del dióxido de carbono de la atmósfera marciana. Aunque en pequeñas cantidades, este avance marca un paso fundamental hacia futuras misiones tripuladas.

I M: Notas sobre negocios y sustentabilidad.