En una sentencia sin precedentes para América Latina, el Primer Tribunal Ambiental de Chile condenó al Estado por el daño ambiental causado en el desierto de Atacama, donde se acumulan millones de toneladas de ropa usada proveniente de Estados Unidos, Europa y Asia.
Conocido como el “desierto de ropa”, este fenómeno se convirtió en un símbolo del impacto ambiental de la moda rápida y de la falta de regulación sobre los residuos textiles.
Qué dice el fallo que obliga al Estado a reparar el “desierto de ropa”
El fallo obliga al Estado chileno a presentar un plan integral de reparación en un plazo máximo de seis meses, que deberá incluir el retiro de los desechos, su disposición final segura, la restauración del paisaje y medidas para evitar que el problema se repita. Marcelo Hernández Rojas, ministro titular en Ciencias del tribunal, destacó que “estando acreditado el daño ambiental significativo, se condena al Fisco de Chile a repararlo materialmente mediante un plan de reparación”.
El “desierto de ropa” se ubica principalmente en la comuna de Alto Hospicio, región de Tarapacá. Cada año, más de 39.000 toneladas de ropa usada llegan a la zona franca de Iquique, de las cuales al menos el 60% no se reutiliza ni se vende, terminando en vertederos ilegales. La ropa abandonada contiene químicos y tintes que afectan al suelo, el paisaje y la biodiversidad, sumándose a restos de neumáticos, plásticos y metales.
Cómo es el plan para recuperar el desierto de Atacama
El plan de reparación que deberá presentar el Estado contempla un diagnóstico ambiental, retiro seguro de residuos, restauración del paisaje, participación ciudadana, monitoreo de avances y cierre definitivo de vertederos ilegales. El tribunal aclaró que la Municipalidad de Alto Hospicio no será sancionada, ya que sí realizó acciones para gestionar los residuos, aunque insuficientes para revertir el daño.
ONGs como Desierto Vestido, Fundación Medio Ambiente Tarapacá y Greenpeace Chile vienen denunciando esta situación desde hace años, alertando sobre la economía lineal global donde los países desarrollados exportan sus residuos al sur. Este fallo se presenta como un precedente legal regional para exigir responsabilidades ambientales frente a la industria textil y otros residuos industriales.
Con la ejecución del plan en los próximos seis meses, se espera un cambio en la forma en que Chile —y potencialmente otros países de la región— asuma sus obligaciones frente al impacto ambiental del consumo masivo, marcando un antes y un después en la protección de ecosistemas frágiles como el desierto de Atacama.