Un vehículo eléctrico emite de media en Europa casi tres veces menos dióxido de carbono (CO2) del que expulsa a la atmósfera un automóvil equivalente de gasolina o de diésel, según se desprende de un estudio realizado por la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E, por sus siglas en inglés).
El análisis tiene en cuenta diferentes criterios como la cantidad de CO2 que se emite cuando se produce la electricidad que moverá el coche o cuando se quema el combustible, así como el impacto del carbono de la extracción de recursos para las baterías o de la construcción de una planta de energía.
Sin embargo, en la mejor de las situaciones en Europa, un vehículo eléctrico con una batería producida en Suecia y utilizado también en este país puede emitir un 80% menos de CO2 que uno de diésel y un 81% menos que uno de gasolina en toda su vida útil, desde la extracción de las materias primas para su producción.
«Los coches eléctricos superan a los motores de diésel y de gasolina en todos los escenarios, incluso en países con redes eléctricas de alto consumo de carbón como Polonia, donde emiten aproximadamente un 30% menos que los de motores convencionales», explica el documento.