Encontraron un yacimiento de agua que es 140 billones de veces más grande que los océanos de la Tierra

Cuando se piensa en el agua, se suele imaginar ríos, lagos u océanos terrestres. Sin embargo, el universo es tan inmenso como sorprendente. En rincones remotos del cosmos existe un dato que desafía todo lo que se creía: el agua no es exclusiva de la Tierra; también forma parte del espacio. Es tan vasta que cuesta dimensionarla, tan antigua que pone en jaque la comprensión del universo. Aun así, su existencia transforma por completo la visión del cosmos.

Encontraron un yacimiento de agua que es 140 billones de veces más grande que los océanos de la Tierra

El agua es esencial para la vida tal cual se la conoce. Por eso, cada búsqueda de vida extraterrestre empieza por encontrar agua; cada plan de colonización espacial depende de ella; cada teoría sobre habitabilidad gira en torno a su presencia. Es nuestro recurso más valioso en la Tierra y, al mismo tiempo, la mayor obsesión cuando se mira hacia las estrellas. Por eso los científicos exploran sistemáticamente el espacio en busca de rastros: desde hielo en asteroides del sistema solar hasta océanos ocultos bajo la superficie de lunas de Júpiter o Saturno. Y cada hallazgo, por pequeño que parezca, genera semanas de titulares y entusiasmo.

En ese contexto, dos equipos distintos lograron detectar algo sin precedentes mientras analizaban señales lejanas. Descubrieron vapor de agua alrededor de un cuásar ubicado a 12 000 millones de años luz. Y cuando hablan de “gran cantidad”, no se refieren a pequeñas acumulaciones, sino a una masa de agua 140 billones de veces superior a toda la que contiene el planeta Tierra.

Para imaginarlo: sería como tomar todos los océanos, ríos, lagos, glaciares y nubes del planeta, y multiplicarlos por 140 billones. Es una escala tan enorme que la mente humana no puede representarla. Es más agua de la que existe en todo el sistema solar e incluso, posiblemente, en toda la Vía Láctea.

Agua en el amanecer del cosmos

Ese océano colosal se encuentra en el cuásar APM 08279+5255, uno de los objetos más brillantes y energéticos del universo. Está alimentado por un agujero negro supermasivo con la masa de 20.000 millones de soles, rodeado por una nube de vapor que se extiende cientos de años luz en todas direcciones.

Pero lo más impactante no es la cantidad, sino su antigüedad. Estamos viendo agua que ya existía cuando el universo tenía apenas 1600 millones de años. La luz que se detecto hoy salió de ese lugar hace 12.000 millones de años, es decir, se observa un fragmento del pasado cercano al origen de todo.

Este hallazgo derrumba la idea de que el agua es rara o difícil de formar. Si cantidades gigantescas ya existían cuando el universo era casi recién nacido, significa que el agua probablemente sea uno de los compuestos más comunes del cosmos. Después de todo, el hidrógeno y el oxígeno -sus dos componentes- surgieron muy temprano en la historia universal.

Los científicos aseguran que estamos viendo agua que ya existía cuando el universo tenía apenas 1600 millones de años

Detectar esta agua no fue fácil. Los astrónomos utilizaron el Telescopio Caltech Submillimeter Observatory en Hawái y el Plateau de Bure Interferometer en los Alpes franceses. Ambos identificaron las firmas espectrales características del vapor de agua en la radiación emitida por el cuásar, confirmando de manera independiente la presencia del compuesto.

Las moléculas de agua absorben radiación en frecuencias específicas que funcionan como huellas únicas. Analizando el espectro de luz del cuásar, los científicos pudieron identificar con exactitud su composición química. Las señales del vapor eran tan intensas que resultaban imposibles de pasar por alto.

Lo fascinante es que esta agua no permanece quieta. Es golpeada por la intensa radiación del cuásar, se calienta, pierde electrones y es arrastrada por violentas ráfagas de energía. Es un entorno extremo donde el agua existe en condiciones impensables en la Tierra. Por eso el descubrimiento tiene implicaciones tan profundas.

¿Qué viene ahora?

Si el agua ya era abundante en los primeros capítulos del cosmos, las condiciones básicas para la vida pudieron haber surgido muchísimo antes de lo que se pensaba. Tal vez planetas con océanos existieron casi desde el comienzo.

Por supuesto, esta agua lejana no tiene utilidad para nosotros: no se puede viajar hasta ella, ni analizarla de cerca, ni aprovecharla. Además, probablemente ya no exista tal como se observa hoy, ya que lo que se ve es una imagen antigua. Es posible que ese cuásar ya haya cambiado por completo o incluso dejado de brillar.

Pero su existencia revela algo fundamental: vivimos en un universo lleno de agua. El mismo líquido que bebemos, en el que nadamos y que cubre el 70% de nuestro planeta es también un ingrediente clave en las profundidades del espacio. Tener agua no es raro; lo extraordinario es tenerla en forma líquida.

I M: Notas sobre negocios y sustentabilidad.