En la zona de exclusión que rodea la planta nuclear de Chernobyl, en Ucrania, un grupo de voluntarios reportó el sorprendente hallazgo de varios perros con pelaje completamente azul. Según relataron, el cambio ocurrió de manera repentina: “No eran azules la semana pasada. No sabemos la razón y estamos intentando capturarlos para averiguar qué está ocurriendo”, informaron.
El fenómeno se detectó en los alrededores de la central nuclear y de la ciudad de Chernobyl, un área deshabitada desde el accidente de 1986. En ese territorio, convertido en un refugio natural, sobreviven cientos de animales semisalvajes que han logrado adaptarse a condiciones extremas de radiación y aislamiento.
Hipótesis sobre el origen del color azul
Ante la falta de una explicación certera, los voluntarios del programa Dogs of Chernobyl sospechan que los animales pudieron haber estado en contacto con algún compuesto químico. A pesar de la inusual coloración, aseguraron que los perros se encontraban “activos y saludables”.
El hecho se suma a un estudio genético publicado en 2023 en la revista Canine Medicine and Genetics, que reveló mutaciones únicas en los perros que habitan la zona. Los investigadores identificaron dos poblaciones genéticamente distintas, con unos 400 loci atípicos y más de 50 genes potencialmente vinculados a la exposición prolongada a contaminantes ambientales. Aunque aún no se probó una relación directa entre esas mutaciones y el color azul, el hallazgo abre nuevas líneas de investigación sobre los efectos de la radiación en el ADN animal.
Adaptación en un entorno extremo
Estos perros descienden de las mascotas abandonadas durante la evacuación tras el desastre nuclear del 26 de abril de 1986. Desde entonces, su población evolucionó en un ambiente marcado por la radiación, el aislamiento y la falta de presencia humana, convirtiendo a la zona de exclusión en un laboratorio natural de adaptación biológica.
Desde 2017, la organización Dogs of Chernobyl, asociada al Clean Futures Fund, brinda asistencia veterinaria a unos 700 perros que viven en el área. Según el equipo, los animales no presentan síntomas de enfermedad ni alteraciones de comportamiento, a pesar de las condiciones adversas.
Un fenómeno que plantea más preguntas que respuestas
El enigmático tono azul de estos perros reaviva el debate sobre los efectos combinados de la radiación, la contaminación química y la evolución acelerada en zonas extremas.
Para los expertos, se trata de un recordatorio de cómo la vida encuentra formas de persistir incluso en los lugares más hostiles, pero también una advertencia sobre los desafíos científicos y éticos que implica estudiar estas adaptaciones en el corazón de un desastre ambiental sin precedentes.