Marina Arbetman, científica argentina y Exploradora de National Geographic, está trabajando para ayudar a salvar a las abejas en la Patagonia.
¿Cómo? A través de un innovador sistema de monitoreo que permite identificar a cada especie de abejorro mediante el análisis de los zumbidos que cada especie emite.
Por qué hay que proteger a las abejas
Según explican desde National Geographic en un comunicado de prensa, en la década de los 80 llegaron a Chile los primeros abejorros exóticos, de la especie Bombus ruderatus, que luego invadieron la Patagonia Argentina. Posteriormente, en 1998, comenzó la importación a Chile de la especie europea Bombus terrestris, que se registró por primera vez en Argentina en 2006.
«En nuestro país, esta situación amenaza la biodiversidad nativa y, en particular, al abejorro originario de la Patagonia Argentina, el Mangangá o Moscardón Bombus dahlbomii», sumaron.
«La llegada de las nuevas especies redujo drásticamente las poblaciones de abejorros nativos, llevando incluso a su extinción local en numerosas regiones de Argentina y Chile. Por un lado, los abejorros invasores compiten por los lugares en donde hacer nidos y por las flores de las que se alimentan, y por el otro han traído también nuevas enfermedades, desconocidas para la especie local. Además, sus características morfológicas y su sobreabundancia generan problemas a los cultivos», informaron.
Cómo funciona el innovador proyecto argentino
En este contexto, Arbetman, investigadora argentina y Exploradora de National Geographic, encabeza un proyecto que cuenta con un innovador sistema de monitoreo de abejas en la Patagonia, que permite identificar a cada especie de abejorro mediante el análisis de los zumbidos que cada especie emite.
«Esta innovadora tecnología permite detectar y estudiar la expansión de los abejorros invasores. El dispositivo, equipado con micrófonos de alta calidad, sensores de temperatura, humedad y volátiles, graba sonidos y datos en tarjetas de memoria para su posterior análisis, lo que facilita comprender la magnitud del problema», explicaron.
Esta detección posibilita realizar un mapa de las especies presentes, monitoreando su ubicación, en qué época del año se las suele ver y qué plantas visitan.
“La iniciativa representa una forma innovadora de conectar con la naturaleza. Al escuchar los sonidos únicos de los abejorros, podemos identificarlos sin necesidad de atraparlos, lo que nos permite estudiarlos de manera menos invasiva. Es un enfoque especialmente valioso en lugares como la Patagonia, donde la vastedad del territorio hace que el monitoreo visual sea muy difícil», expresó Arbetman.
Otro proyecto complementario de monitoreo es el de Ciencia Ciudadana: ‘Vi un abejorro’. Este proyecto es clave, ya que permite a la comunidad registrar y compartir a las especies a través de las redes sociales o en la página.
Según explicaron, este tipo de monitoreo, si bien es fundamental, sólo representa una parte de un esfuerzo mucho más amplio. “Para abordar eficazmente la situación y evitar que la especie invasora continúe desplazando a los abejorros nativos, es muy importante contar con la colaboración de diversas entidades en la implementación de medidas de conservación y protección. Solo con un esfuerzo conjunto se podrá generar un cambio significativo en la preservación de la biodiversidad local”, agregó la Exploradora de National Geographic.
A lo largo de su carrera, Marina fue una de las principales defensoras de los polinizadores en el mundo. A través de su trabajo, está generando conciencia sobre la importancia de las abejas y los insectos polinizadores para los ecosistemas y la producción de alimentos.
Además, colaboró en la creación de espacios para la conservación de las abejas, trabajando en conjunto con las comunidades locales, científicos y gobiernos para promover prácticas agrícolas más sostenibles. De esta manera, logró la apertura de un laboratorio de cría de abejorros en el Centro de Salmonicultura de la Universidad Nacional del Comahue en Bariloche, diseñado para criar y estudiar abejorros exóticos como nativos, con el objetivo de comprender su comportamiento, fisiología y enfermedades.
«National Geographic Society impulsa y apoya la investigación y la conservación de estos vitales polinizadores. En este Día Mundial de las Abejas, es importante reflexionar sobre el impacto de lo que hacemos y tomar decisiones conscientes para preservar la biodiversidad y los ecosistemas. Cada acción hoy puede marcar la diferencia para un futuro sostenible», concluyeron.