Regenerar suelos, promover la agroecología y generar empleo verde con perspectiva de género es posible cuando la comunidad se organiza y se trabaja en red. Así lo demuestran desde la Asociación Civil Mujeres Soñadoras, grupo que impulsa la Biofábrica Reverdecer, iniciativa que convierte residuos agropecuarios, forestales e industriales en bioinsumos.
El proyecto nació en las chacras de Salto Encantado, provincia de Misiones a partir de la necesidad de generar insumos para la transición de la agricultura convencional a la agroecología. «Y «para recuperar los suelos degradados por un modelo que utiliza una gran cantidad de agroquímicos de síntesis como herbicidas, insecticidas, fungicidas y fertilizantes que, agregado al manejo de suelos descubiertos (sin cobertura) producen una fuerte erosión, y con ello la pérdida de la fertilidad», explica Fernando Puzzo, integrante del equipo de coordinación de la Biofábrica Reverdecer, en Salto Encantado, Misiones a Economía Sustentable ante una serie de preguntas que contestaron por escrito.
Y suma: «A esas problemáticas se responde desde el modelo convencional con más productos de síntesis para fertilizar suelos muertos y luego aparecen problemas de metales pesados, de salud de los/as agricultores/as y dependencia de más cantidad de insumos externos y aplicaciones para hacer que los cultivos subsistan».
De la necesidad al modelo de innovación
La falta de programas integrales de gestión de residuos agropecuarios y forestales representaron tanto un problema como una oportunidad. “La incineración de residuos forestales y el abandono de residuos áridos como el polvo de roca de basalto representan impactos ambientales evitables”, explica Marina Parra, secretaria de la Asociación, entidad que gestiona el predio donde funciona la Biofábrica y un vivero de especies nativas, y que hace posible la existencia de los proyectos.
El modelo que diseñaron no solo evita esos impactos, sino que transforma residuos en abonos accesibles y de alta calidad, fomentando un círculo virtuoso en la producción local.
Qué productos hacen en Misiones
Compost, bocashi, caldos minerales, biofertilizantes sólidos y líquidos, son algunos de los productos que hacen en Biofábrica Reverdecer, que luego comercialzian con la comunidad local para que utilicen en el campo, en producciones extensivas o en la huerta, generando así una cadena de reciclaje comunitaria.
«Es muy difícil que un campesino realice abono en gran escala, por escasez de tiempo y recursos, lo que facilitamos de esta forma al disponer en la biofábrica de una máquina especializada que puede producir grandes volúmenes en poco tiempo», explican.
Gracias a una volteadora autopropulsada, la única en su tipo en el país, pueden producir hasta 50 toneladas de bocashi cada 15 días «con posibilidad de aumentar los volúmenes, demandando tan solo 6 horas de volteo en total, lo que sería inviable hacer a mano, ofreciendo soluciones a la gestión de residuos húmedos industriales, urbanos y rurales, que representan más del 60% en nuestro país», dice Fernando.
Los impactos ya son visibles, remarcan desde la Asociación: cinco chacras cuentan con Certificación Agroecológica, varias están en transición, y el interés sigue creciendo. Estudios realizados junto a la Universidad Nacional de Misiones (Facultad de Ciencias Forestales) demostraron que los bioinsumos de Reverdecer tienen rendimientos comparables, y en muchos casos superiores, a los fertilizantes químicos convencionales. Actualmente, avanzan en el registro de sus productos ante el SENASA, lo que permitirá expandir su alcance a nivel nacional e internacional.
Empleo verde y perspectiva de género
El proyecto no solo transforma residuos en fertilidad: también transforma comunidades. La economía social, la participación activa de mujeres y jóvenes y la generación de empleo verde formal son pilares fundamentales de su enfoque.
“Generamos empleo local que se vincula con el interés de la juventud, como es la cuestión ambiental y la perspectiva de género, buscando que las familias y principalmente nuestros jóvenes se puedan quedar en la chacra y en la ruralidad. El arraigo, el asociativismo y el desarrollo con innovación y sostenibilidad para nosotras es clave”, señala Claudia Kozakzek, presidenta de la Asociación Civil Mujeres Soñadoras.
En cuanto al modelo de trabajo, detallan que se inscribe en pilares clave como:
la puesta en marcha de experiencias que implementan el enfoque de la economía circular, la incorporación transversal e integral de la perspectiva de género y diversidades, y la creación de empleo verde joven formal.
«Entendemos que se trata de cuestiones consideradas clave para el desarrollo equitativo de las comunidades, y que tienen que ver con la promoción de la participación de las mujeres y de los/as jóvenes en las decisiones y en la gestión de procesos organizativos, y con el reconocimiento y puesta en valor de otros saberes en un marco de diálogo”, menciona Marianela Scharshinger integrante del equipo de coordinación de la Biofábrica Reverdecer.
Y suma: “En nuestra zona las mujeres y jóvenes estamos tomando la posta en estos procesos de transformación, con la experiencia y ejemplo de mujeres que hace más de 25 años vienen sosteniendo la organización comunitaria fuera de la chacra, y de varones que comprenden y acompañan también en los roles de sostén y cuidado de las familias».
Este enfoque integral fue clave para que la Biofábrica Reverdecer fuera reconocida recientemente en el Desafío Innovación para el Norte Grande Argentino (DINN), recibiendo un financiamiento que permitirá fortalecer y replicar el modelo en otras comunidades rurales.
Futuro en red
Los próximos pasos apuntan a escalar la producción, consolidar nuevas alianzas con universidades y cooperativas y seguir formando redes de productores que apuesten a la agroecología, la regeneración del suelo y la inclusión social.
“Hay un camino recorrido con muchas experiencias enriquecedoras y otras por venir, pero es claro que es posible replicar esta actividad en cualquier otro lugar y grupo de personas, proyectamos avanzar en otras zonas donde hay integrantes de Somos Red, la plataforma donde articulamos y compartimos soluciones«, dice Scharshinger.
“En Somos Red trabajamos con los conceptos de cooperación y solidaridad para recuperar el tejido social y transformar los problemas», remarca Parra.
Y concluye: «La agroecología es una necesidad de resiliencia al cambio climático, además es rentable ambiental, social y económicamente”.