Una startup argentina transforma micelio en diseños biodegradables y sustentables

En un contexto global que exige repensar el vínculo con los materiales que usamos a diario, la startup argentina MOSH propone una solución inspirada en la naturaleza.

La empresa trabaja con micelio, es decir, la red de filamentos que forma parte del organismo de los hongos, para desarrollar piezas biodegradables que se descomponen en menos de 60 días. Su propuesta es clara: crear objetos que puedan ser devueltos a la tierra y formar parte de un modelo verdaderamente sustentable.

Una startup argentina transforma micelio en diseños biodegradables y sustentables.

La compañía, que combina diseño, tecnología y compromiso ambiental, se basa en un principio de economía circular y regenerativa. El micelio, material biológico y biodegradable, funciona como una alternativa al plástico. Según explican, su estructura natural interconecta a los hongos en un proceso que imita sistemas de producción sin desperdicio.

Bajo impacto ambiental

Los productos de MOSH no solo destacan por su bajo impacto ambiental, sino también por su diseño elegante y personalizable, lo que permite adaptarlos a distintos usos. Así, se posicionan como una opción especialmente pensada para marcas que desean transmitir valores de sustentabilidad, sin resignar estética ni calidad.

Se trata de una solución de embalaje con valor agregado: no es solo funcional, sino simbólico. La propuesta apunta a objetos donde “lo intangible cobra un protagonismo central”, lo que vuelve al producto ideal para quienes buscan diferenciarse con propósito.

Los productos de MOSH no solo destacan por su bajo impacto ambiental, sino también por su diseño elegante y personalizable.

El micelio utilizado por la empresa se cultiva en moldes bajo condiciones controladas y se alimenta de residuos agrícolas reciclados de productores locales. De este modo, se obtienen piezas resistentes, livianas, aislantes, hidrofóbicas y personalizables, sin utilizar plásticos tradicionales.

Cero residuos

Desde su creación, MOSH se alinea con los principios de la corriente «zero waste», buscando reemplazar materiales contaminantes y reducir las emisiones de carbono. La empresa trabaja bajo estándares modernos de economía circular, apostando a soluciones que regeneren, en lugar de degradar, los recursos naturales.

Para Denise Peñella, cofundadora de la empresa y diseñadora industrial, el micelio encierra un enorme potencial: “El micelio no tiene límites, y nosotros tampoco. Nuestro objetivo es fusionar la naturaleza efímera del material con la atemporalidad de las ideas, diseñando un futuro tanto reflexivo como estéticamente poderoso”, afirma.

La empresa trabaja con micelio, es decir, la red de filamentos que forma parte del organismo de los hongos, para desarrollar piezas biodegradables que se descomponen en menos de 60 días.

Además de su colaboración con marcas comprometidas con el ambiente, MOSH explora aplicaciones en campos como el diseño, la arquitectura y el arte. El objetivo es expandir las posibilidades del micelio como recurso regenerativo.

Frente a la crisis ambiental, la respuesta que propone MOSH es natural, sofisticada y eficiente. El micelio transforma la idea de embalaje: tal como definen desde la startup, es “el packaging del futuro que las marcas y el planeta esperaban”.

EconoSus: Equipo de redacción de Economía Sustentable. Brindamos información sobre empresas y gobiernos responsables en mejorar la calidad de vida y favorecer el desarrollo social sustentable.