Una reconocida fundación financiará drones marinos para monitorear el carbono en la Antártida

La Fundación Schmidt Sciences, creada por Eric Schmidt, ex CEO de Google, anunció una inversión de USD 45 millones para un proyecto a cinco años que desplegará barcos no tripulados en el Océano Antártico. El objetivo es recolectar datos ambientales cruciales para comprender el rol de la región como sumidero de carbono y aportar respuestas frente a uno de los mayores desafíos climáticos globales.

La fundación del exCEO de Google financiará drones marinos para monitorear el carbono en la Antártida

La iniciativa se integra a un programa más amplio sobre la dinámica del carbono, impulsado por Eric y Wendy Schmidt, que busca avanzar en investigación básica a través de la colaboración entre científicos, organismos públicos y empresas privadas. El foco está puesto en los océanos, pieza clave en la regulación del clima y aún poco explorados en zonas críticas.

El rol del Océano Antártico

Según Galen McKinley, profesora de la Universidad de Columbia y referente del proyecto, los océanos absorben alrededor de un tercio del dióxido de carbono generado por la actividad humana cada año. El Océano Antártico tiene un papel decisivo: captura cerca del 40% del CO₂ que ingresa al mar a nivel mundial. Sin embargo, la información disponible sigue siendo escasa frente a su importancia.

Las condiciones extremas de la región -corrientes intensas, fuertes vientos y alta nubosidad- dificultan las campañas científicas. Las rutas comerciales aportan datos valiosos, pero no alcanzan áreas estratégicas para los estudios.

Tecnología para explorar lo inexplorado

El proyecto prevé desplegar cuatro vehículos de superficie no tripulados (USV), capaces de operar de manera remota durante todo el año, incluso en invierno. Estos drones marinos registrarán parámetros como la presión parcial de CO2 y otras variables claves para rastrear el ciclo del carbono.

Destinarán USD 45 millones para esta iniciativa que será revolucionaría

Los barcos estarán guiados por algoritmos de inteligencia artificial, diseñados para optimizar rutas y priorizar puntos críticos de muestreo. Este sistema promete mayor precisión que los métodos tradicionales basados en boyas o flotadores. Además, todos los datos recopilados estarán disponibles de forma abierta.

Para la oceanógrafa Eileen Hofmann (Universidad Old Dominion), el hecho de priorizar mediciones en invierno es un gran avance: “Todavía hay muchas incógnitas sobre cómo funciona el sumidero antártico. Cada dato adicional es esencial para completar la visión global”.

Alianzas y financiamiento en un contexto desafiante

El plan será financiado por Schmidt Sciences en conjunto con empresas que operan los USV, subcontratadas por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de EE.UU. Si bien la Fundación mantiene autonomía administrativa, la colaboración con expertos de NOAA fortalece la capacidad técnica del proyecto.

Este modelo público-privado surge en un momento en que los recortes presupuestarios en ciencia y clima en Estados Unidos amenazan la continuidad de programas históricos. La NOAA enfrenta una reducción del 30% en su presupuesto, y la Fundación Nacional de Ciencias (NSF) prevé recortes de hasta el 57% en áreas clave.

En este escenario, la apuesta de Schmidt Sciences se presenta como un precedente para nuevos esquemas de cooperación científica, donde la combinación de recursos privados, tecnología avanzada e investigación abierta permite ampliar el conocimiento sobre regiones críticas para el futuro del planeta.

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