Al ser un material liviano y con gran capacidad de aislación térmica, el poliestireno expandido (más conocido como «telgopor») es un tipo de plástico ampliamente usado para envases de helados; y también para proteger y embalar bebidas, medicamentos y electrodomésticos.
El problema es que, una vez descartado, es muy difícil de reciclar dado su gran volumen, y si termina en un relleno sanitario -o peor aún, en un basural a cielo abierto-, tarda más de 500 años en degradarse, contaminando el suelo, el aire y los cursos de agua.
¿Chau telgopor?
Recientemente, la firma cordobesa Enpolex lanzó al mercado un novedoso biomaterial que reemplaza al telgopor convencional, y una vez finalizada su vida útil, se degrada en menos de cuatro años.
«No se trata de eliminar el telgopor, sino de acelerar su degradación para mejorar su desempeño ambiental», comenta Mariano Comba, actual CEO de Enpolex.
Para esto, el poliestireno expandido es sometido, durante su proceso productivo a un innovador tratamiento que conserva sus propiedades protectoras y aislantes, pero a su vez acelera su degradación una vez descartado. El desarrollo, que llevó 7 años de investigación, fue realizado junto a la Asociación Argentina de Poliestireno Expandido (AAPE), y la compañía de origen mexicano Styropek.
«Hace tiempo estábamos buscando materiales más sustentables y amigables con el ambiente. La idea es que si no se logra reciclar y termina en un entierro municipal, el envase se degrade más rápidamente sin contaminar», señala Comba y agrega que el costo del nuevo material es similar al convencional.
Innovación sustentable
La firma Enpolex fue fundada en 1989 por dos socios, en un contexto complicado para las Pymes debido a la hiperinflación y el advenimiento de una apertura importadora que puso en jaque a la industria nacional.
Pese al escenario adverso, la empresa sobrevivió a varias crisis en sus más de 30 años de historia, y logró consolidarse como fabricante de envases para clientes industriales de todo el país.
Actualmente, esta pyme familiar está a cargo de los hijos de los fundadores, y emplea a unas 200 personas.
El nuevo material cuenta con la aprobación del Servicio Nacional de Sanidad Animal (SENASA) para aplicaciones alimenticias y médicas. Lanzado al mercado con el nombre de Biopek «esta innovación responde a la necesidad de ofrecer un producto con menor impacto ambiental, considerando que en Argentina la tasa de reciclado de telgopor es del 14%, mientras que en Europa alcanza el 50%. Con Biopek, brindamos una alternativa sustentable que permite que los residuos no reciclados se degraden en menos tiempo, reduciendo la contaminación ambiental», afirma.
Nuevos usos
Las tres plantas productivas de la compañía cuentan con normas de calidad certificadas ISO 9001:2015 y están equipadas con maquinarias importadas de Italia y Alemania de alta eficiencia, lo que permitiría ampliar la producción para abastecer a nuevos mercados.
Por el momento, la firma es proveedora de industrias locales. Recientemente generó un acuerdo con las cadenas de heladerías Grido y Daniel. Y a mediano plazo, planea explorar nuevas aplicaciones para esta materia prima. «Si bien hemos enfocado nuestros esfuerzos hacia la industria de helados, que es una de las principales consumidoras de envases térmicos; el objetivo es expandirnos a otros sectores como el transporte de medicamentos y el embalaje industrial.» apunta Comba.
En cuanto a los planes de exportación, «el principal obstáculo es lo voluminoso de nuestros productos y el elevado costo del flete», señala el CEO de Enpolex. Sin embargo, «estamos haciendo envíos a países vecinos y esperamos aumentarlos a medida que crezca la demanda», sostiene.
Este material ya está siendo utilizado en países como Chile, México y Estados Unidos, mientras que Brasil avanza en su adopción como reemplazo del telgopor convencional.
Mercado en expansión
La Unión Europea, en el marco del Green Deal (Pacto Verde), implementó desde enero de 2024 un impuesto especial sobre los envases de plástico no reutilizables, con el fin de impulsar la economía circular y los nuevos biomateriales. Esto genera un desafío y a la vez una oportunidad para empresas que deseen exportar productos hacia ese mercado.
De acuerdo a un informe publicado por la empresa de investigación de mercado Mordor Intelligence, la industria de envases biodegradables facturó u$s105,26 mil millones en 2024, y se espera que alcance los u$s140,66 mil millones en 2029 impulsada por la creciente conciencia ambiental y las regulaciones internacionales.
En la Argentina, según datos de la Asociación de Fabricantes Artesanales de Helados y Afines (AFADYHA), se consumen en promedio 7 kilos de helado por año por persona. Esto resulta en un uso y descarte de más de 300 millones de envases de telgopor por año. Evitar que gran parte de ellos terminen en la basura, contaminando el suelo y las napas, es un aporte importante a la sostenibilidad.
Envases sin ley
Sin embargo, más allá de los esfuerzos para lograr un packaging sustentable, la Argentina es uno de los pocos países de Latinoamérica que aún no cuenta con una Ley de Envases que regule el destino final de lo que hoy constituye cerca del 60% de la basura hogareña, según datos del Informe del Estado del Ambiente.
Diversos proyectos se han presentado al Congreso en los últimos 20 años. En 2021, organizaciones sociales y ambientales impulsaron una Ley de Envases Con Inclusión Social que promueve la responsabilidad extendida del productor, incluyendo todo el ciclo de vida de los envases y no solo la fase posconsumo.
Entre sus lineamientos, incluía a cartoneros y cartoneras como protagonistas, estableciendo directivas para generar menos residuos, eliminar la producción de envases no reciclables y el uso de sustancias tóxicas.
También proponía una tasa o impuesto por la generación de cada nuevo envase, destinado a programas de educación y reciclado, y a mejorar las condiciones de trabajo en las cooperativas de recicladores. Este proyecto logró media sanción en Diputados, pero no fue tratado en el Senado, por lo que perdió estado parlamentario en 2023.
Fuente: iProfesional