Un tesoro tecnológico: crean un dispositivo que detecta emociones más allá del rostro

En un contexto donde lo que se expresa no siempre refleja lo que realmente se siente, un grupo de científicos de la Universidad Estatal de Pensilvania (Penn State) desarrolló una tecnología que podría revolucionar la forma en que comprendemos las emociones humanas.

Se trata de un dispositivo portátil, recargable y flexible como una curita, diseñado para detectar emociones genuinas incluso cuando el usuario intenta ocultarlas. Los hallazgos fueron publicados en la revista Nano Letters.

Científicos crearon un dispositivo que detecta emociones más allá del rostro

El sensor, en forma de una pegatina extensible, monitorea múltiples señales fisiológicas, como la temperatura de la piel, la humedad, la frecuencia cardíaca y los niveles de oxígeno en sangre.

Emociones humanas: cuál es la diferencia de este dispositivo con otros tradicionales

A diferencia de los métodos tradicionales que se basan principalmente en la expresión facial, esta tecnología capta una gama más amplia de respuestas del cuerpo, lo que permite una lectura emocional mucho más precisa.

Huanyu “Larry” Cheng, profesor asociado de Ciencias de la Ingeniería y Mecánica en Penn State y autor principal del estudio, explicó que muchas personas tienden a ocultar sus emociones, lo que representa un verdadero desafío para los profesionales de la salud a la hora de interpretar lo que sienten sus pacientes.

Desarrollaron un innovador sensor en forma de bandita que interpreta emociones

“Confiar únicamente en las expresiones faciales puede llevar a interpretaciones erróneas. Por eso combinamos esos datos con señales fisiológicas clave, lo que permitirá un seguimiento más preciso y un mejor apoyo en salud mental”, explicó Huanyu Cheng en declaraciones a EurekAlert!.

Así es el tesoro tecnológico que desarrollaron científicos de Pensilvania

El dispositivo desarrollado se basa en una arquitectura electrónica diseñada para evitar interferencias entre los distintos sensores. Para ello, los investigadores emplearon capas de metales flexibles como platino y oro, dispuestas en patrones ondulados que mantienen su sensibilidad incluso al doblarse, según detalla el portal científico Phys Org.

Además, el equipo incorporó nanotubos de carbono que permiten medir los niveles de humedad. Una capa rígida protege los sensores de temperatura y humedad de posibles distorsiones causadas por los movimientos del rostro, mientras que una capa impermeable previene alteraciones en la medición térmica por efecto del sudor.

Esta sofisticada estructura permite al dispositivo registrar de forma simultánea múltiples variables fisiológicas que, en conjunto, ofrecen una lectura detallada del estado emocional del usuario. Lo más destacado es que el sistema transmite estos datos de forma inalámbrica y en tiempo real a la nube o a dispositivos móviles, sin recolectar información personal, lo que garantiza la privacidad.

“Diseñamos este sensor para que cada señal opere de manera independiente, lo que nos da una imagen mucho más precisa de lo que realmente sucede bajo la superficie”, añadió Libo Gao, coautor del estudio y profesor en la Universidad de Xiamen.

Emociones humanas: cómo entrenar a este dispositivo

Para entrenar el modelo de inteligencia artificial, los científicos convocaron a ocho voluntarios que simularon seis expresiones faciales básicas: felicidad, sorpresa, miedo, tristeza, ira y asco. Cada gesto fue repetido 100 veces mientras el dispositivo registraba tanto los movimientos faciales como las respuestas fisiológicas asociadas.

Los datos recolectados permitieron desarrollar un sistema capaz de correlacionar expresiones con emociones reales. Posteriormente, tres participantes adicionales ayudaron a validar el modelo, que logró identificar las emociones simuladas con una precisión del 96,28 %.

En una segunda fase, los participantes observaron videoclips diseñados para provocar emociones auténticas. Durante estas pruebas, el sensor detectó cambios fisiológicos con una precisión del 88,83 %, registrando, por ejemplo, aumentos de temperatura y frecuencia cardíaca ante estímulos de sorpresa o ira.

Como conclusión, y según Cheng, estos resultados respaldan los vínculos conocidos entre reacciones emocionales y respuestas físicas.

I M: Notas sobre negocios y sustentabilidad.