Un pueblo de Córdoba se vuelve el más elegido para veranear por el agua cristalina: cuál es

A dos horas y media de la capital cordobesa, este rincón natural sorprende por el color turquesa de sus aguas y el entorno de piedra caliza que lo rodea. Se trata de un destino todavía poco conocido, ideal para quienes buscan desconectarse en medio de la naturaleza.

Un pueblo de Córdoba se vuelve el más elegido para veranear por el agua cristalina: cuál es.

Dónde queda este pueblo de Córdoba

En el corazón del Valle de Calamuchita, muy cerca de Villa Yacanto, se esconde uno de los paisajes más impactantes de Córdoba: la Laguna Yemén, también conocida como Laguna Neyem. Ubicada dentro del predio privado Sendero Blanco, este espejo de agua de tonos turquesa se formó entre paredes de piedra caliza que le otorgan una transparencia única y un aire de oasis serrano.

La Laguna Yemén, también conocida como Laguna Neyem está ubicada dentro del predio privado Sendero Blanco.

El rasgo más llamativo de la laguna es el color y la pureza de sus aguas. Los minerales del suelo -especialmente la caliza- actúan como filtros naturales, eliminando impurezas y reflejando la luz de una manera que realza los tonos verdes y azules. A eso se suma el hecho de que el entorno se mantiene casi intacto, con muy poca intervención humana, lo que contribuye a la limpieza del agua y la conservación del ecosistema.

El resultado es un escenario que parece sacado de otro país: una laguna de aguas cristalinas rodeada de formaciones rocosas blancas, vegetación autóctona y el silencio característico de las sierras cordobesas.

Qué hacer en la Laguna Yemén

Llegar a la Laguna Yemén implica una caminata de unos 45 minutos por senderos naturales, guiada por lugareños o prestadores turísticos de la zona. El trayecto atraviesa paisajes de monte serrano y paredes de piedra, y culmina en un mirador desde el cual se observa toda la extensión del agua turquesa.

La Laguna Yemén es uno de esos lugares que invitan a bajar el ritmo.

Durante el recorrido y al llegar, es posible disfrutar de actividades como trekking, fotografía de paisajes, observación de aves o simplemente descansar frente al agua. En los días cálidos, algunos visitantes se animan a darse un chapuzón o practicar snorkel, aunque el lugar invita más a la contemplación que al turismo masivo.

La experiencia tiene también un fuerte componente ambiental: los guías locales promueven el turismo responsable, piden no dejar residuos y respetar las reglas del predio, para conservar el equilibrio de este rincón natural.

Cómo llegar a la Laguna Yemén

Desde Córdoba capital, el viaje en auto dura alrededor de dos horas y media. El camino más directo es tomar la Ruta Provincial 5 hasta Santa Rosa de Calamuchita y, desde allí, continuar por la Ruta Provincial 228 hasta Villa Yacanto. Desde el pueblo, un camino de ripio conduce al predio Sendero Blanco, punto de partida de la caminata hacia la laguna.

Quienes lleguen desde Buenos Aires pueden hacerlo primero hasta Córdoba capital (en micro o avión) y luego continuar hacia Villa Yacanto. En total, el recorrido completo demanda entre diez y doce horas, dependiendo de los traslados.

Un refugio natural

Lejos del turismo masivo, la Laguna Yemén es uno de esos lugares que invitan a bajar el ritmo. Su belleza radica en la simpleza del entorno: agua pura, piedra blanca y silencio. Un rincón escondido en las sierras cordobesas que se ha convertido en un símbolo de turismo sustentable y respeto por la naturaleza.

C M: Notas sobre negocios y sustentabilidad.