Un nuevo estudio revela una nueva enfermedad que podría aumentar por el consumo de microplásticos

Una reciente investigación científica sugiere que las partículas de microplásticos podrían debilitar los huesos al interferir con el funcionamiento de las células madre de la médula ósea. Este hallazgo introduce un nuevo factor ambiental a considerar en el estudio de la osteoporosis, enfermedad caracterizada por la pérdida progresiva de densidad y resistencia ósea.

Un nuevo estudio revela una nueva enfermedad que podría aumentar por el consumo de microplásticos

Según un análisis publicado en Osteoporosis International, la exposición a microplásticos aparece como un posible riesgo en el aumento global de casos de osteoporosis. Los investigadores revisaron 62 estudios previos, que incluyeron pruebas de laboratorio y experimentos con animales, para evaluar el impacto de microplásticos y nanoplásticos en el tejido óseo. Identificaron varios mecanismos que explican cómo estas partículas afectan la salud de los huesos.

Entre los resultados, se observó que los microplásticos estimulan la formación de osteoclastos -células encargadas de degradar hueso dañado o envejecido-. Cuando esta actividad se acelera, se rompe el equilibrio natural de renovación ósea, favoreciendo la pérdida de masa y el debilitamiento progresivo de la estructura ósea. Además, los microplásticos reducen la viabilidad celular, provocan envejecimiento prematuro de las células, alteran la expresión génica y generan respuestas inflamatorias. En conjunto, estos efectos potencian la acción destructiva de los osteoclastos.

Los ensayos en animales también mostraron una reducción en la cantidad de glóbulos blancos, lo que sugiere alteraciones en la médula ósea. Asimismo, se detectaron cambios en la microestructura del hueso y la formación de agrupaciones celulares irregulares, lo que incrementa la fragilidad, la aparición de deformidades y el riesgo de fracturas.

Rodrigo Bueno de Oliveira, investigador principal y coordinador del Laboratorio de Evaluación de Trastornos Minerales y Óseos en Nefrología de la Universidad Estatal de Campinas (Brasil), advirtió sobre la gravedad de estos hallazgos: “En este estudio, los efectos adversos observados culminaron, preocupantemente, en la interrupción del crecimiento esquelético de los animales”. Su equipo planea continuar los experimentos, ahora enfocados en analizar de manera directa el efecto de los microplásticos en los fémures de roedores, con el fin de comprobar la relación entre la exposición a estas partículas y el deterioro estructural de los huesos.

Investigadores advierten que la exposición a partículas de plástico diminutas altera la médula ósea y debilita los huesos

El investigador subraya que, aunque las enfermedades osteometabólicas están relativamente bien comprendidas, aún existe una laguna respecto a la influencia de los microplásticos. Su objetivo es aportar evidencia de que podrían constituir un factor ambiental controlable detrás del aumento proyectado de fracturas óseas.

Los microplásticos y nanoplásticos son fragmentos diminutos que se desprenden de objetos de uso cotidiano al estar expuestos al sol, el viento, la lluvia o el agua de mar. Se encuentran en ambientes naturales, en distintas partes del cuerpo humano e incluso en alimentos como carne, agua y productos agrícolas. Su expansión está vinculada al incremento de la producción mundial de plásticos: más de 500 millones de toneladas por año, de las cuales solo el 9% se recicla, mientras el resto se dispersa en ecosistemas terrestres, acuáticos y atmosféricos, liberando partículas que ingresan a la cadena alimentaria.

Expertos consultados por WIRED advierten que la contaminación por microplásticos constituye un problema de salud pública que requiere medidas urgentes. La reducción en el uso de plásticos y la mejora en los sistemas de reciclaje son estrategias clave para disminuir la exposición de la población.

La osteoporosis, más frecuente en personas mayores, suele avanzar sin síntomas hasta que ocurre una fractura. Sus factores de riesgo tradicionales incluyen la edad, el sexo, la genética, ciertos medicamentos, la alimentación, el tabaquismo y el consumo de alcohol. A esa lista, la investigación ahora sugiere sumar la exposición a microplásticos.

Aunque la relación entre microplásticos y enfermedades metabólicas óseas aún se encuentra en estudio, los especialistas coinciden en la necesidad de profundizar la investigación y reforzar la vigilancia sanitaria. La evidencia disponible apunta a que estos contaminantes, presentes ya en todo el planeta, no solo amenazan al ambiente, sino también a la salud ósea de millones de personas.

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