Son argentinos y crearon un packaging hecho con hongos SÚPER rentable

El entusiasmo inicial por la biotecnología no era suficiente. “No alcanzaba con la fascinación; había que pensar en escalabilidad, logística, certificaciones y, sobre todo, en clientes dispuestos a acompañar el proceso”, sintetiza Pañella. Ese enfoque permitió transformar el micelio -la red subterránea de los hongos- de una curiosidad científica en un producto comercial viable.

Son argentinos y crearon un packaging hecho con hongos SÚPER rentable

Hoy, Mosh abastece a marcas y startups de cosmética, vinos, moda y suplementos que buscan diferenciarse a través de la sustentabilidad, y desarrolla pilotos junto a grandes empresas. Desde Europa y Estados Unidos también llegan los primeros contactos, mercados donde el consumidor ya está familiarizado con los biomateriales y valora la trazabilidad y el bajo impacto ambiental.

A diferencia de muchos bioplásticos -que aún dependen de recursos fósiles y requieren tratamiento industrial-, el micelio se reintegra naturalmente al suelo y permite fabricar volumetrías que el plástico no reproduce, como las estructuras tipo telgopor. Además, Mosh incorpora desechos agrícolas locales como materia prima, cerrando un ciclo productivo de bajo impacto y beneficioso para el suelo.

Aunque el costo del micelio sigue siendo mayor que el del plástico convencional por falta de escala, su competitividad crece en nichos de alto valor, como la cosmética de autor, los regalos corporativos o los press kits sustentables. Para Pañella, el valor del packaging es tanto reputacional como ambiental: “un packaging sustentable hoy puede convertirse en un verdadero diferencial de marca”.

Mosh nació como un laboratorio de experimentación liderado por Denise Pañella

En Argentina, el marco regulatorio y la infraestructura para biomateriales todavía están en construcción. Mosh avanza en certificaciones de compostabilidad y huella de carbono, claves para ganar confianza y acceder a mercados internacionales.

El potencial de estos materiales no se limita a reemplazar plásticos: abre la posibilidad de crear una nueva economía circular latinoamericana, donde ciencia, diseño e industria trabajen de forma integrada.

La visión a futuro es ambiciosa: desarrollar materiales regenerativos que no solo sean neutros, sino que devuelvan nutrientes al suelo, impulsando una producción más limpia y posicionando a la región como referente global en innovación biotecnológica.

I M: Notas sobre negocios y sustentabilidad.