La contaminación atmosférica sigue siendo uno de los mayores desafíos ambientales. Afortunadamente, en los últimos años se avanzó en la concienciación gracias al trabajo de organismos públicos y entidades especializadas, lo que generó un cambio de mentalidad en millones de personas en España.
Una de las alternativas más promovidas para reducir el uso de plásticos es el vidrio, considerado más sostenible y menos dañino. Sin embargo, un reciente estudio arrojó una conclusión inesperada: los envases de vidrio podrían liberar más microplásticos que las propias botellas de plástico.
Aunque a primera vista suene sorprendente, esta afirmación proviene de la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación, del Medio Ambiente y del Trabajo de Francia (ANSES), que publicó los resultados este viernes.
“Esperábamos lo contrario”, señalaron desde el organismo. El estudio tenía como objetivo analizar la cantidad de microplásticos presentes en diferentes bebidas comercializadas en Francia. Luego de cuantificar las partículas, se buscaba establecer un ranking para identificar cuáles bebidas y envases representan un mayor riesgo potencial para la salud.
Un hallazgo inesperado que podría cambiar la industria del embotellado
Lo que descubrieron los investigadores sorprendió incluso a quienes lideraban el estudio. “Esperábamos un resultado contrario”, declaró la doctora Iseline Chaïb a la agencia AFP. Chaïb encabezó la investigación desde el laboratorio de seguridad alimentaria de la ANSES, en Francia.
Durante las pruebas, se detectó una notable cantidad de partículas emergentes en las muestras de botellas de vidrio, lo que dejó perplejo al equipo. Este hallazgo plantea un posible giro en la percepción global sobre los envases considerados más sostenibles.
“La sorpresa fue que las partículas detectadas en las botellas de vidrio coincidían en forma, color y composición polimérica con el plástico de la pintura exterior que recubre las cápsulas que sellan estas botellas”, explicó la especialista.
El impacto de los microplásticos en la salud
Los microplásticos se convirtieron en uno de los contaminantes más preocupantes de nuestro tiempo. Se trata de diminutas partículas de plástico, menores a 5 milímetros, invisibles a simple vista pero presentes en múltiples entornos, especialmente en el agua y el aire.
Una de las principales vías por las que ingresan al cuerpo humano es a través de alimentos, en particular los procedentes del mar. Muchos animales marinos los ingieren de forma involuntaria, acumulándolos en sus tejidos. Cuando estos animales son consumidos por humanos, los microplásticos llegan también a nuestro organismo.
Sus efectos sobre la salud son múltiples y alarmantes. Pueden provocar daños físicos en los sistemas digestivos de los organismos que los consumen, pero además actúan como portadores de sustancias tóxicas: atraen pesticidas, metales pesados y otros contaminantes que luego se liberan dentro del cuerpo. Esto puede causar alteraciones hormonales, problemas reproductivos y otros efectos graves, aunque todavía se están evaluando sus consecuencias a largo plazo.
Un llamado urgente a la acción
Por todo esto, los microplásticos son considerados una de las amenazas ambientales más serias del presente. Es urgente avanzar hacia un plan global que reduzca su producción y presencia en el ambiente. Fomentar materiales sostenibles, innovar en el diseño de envases y repensar los procesos industriales son pasos clave para proteger la salud humana y la biodiversidad del planeta.