La presencia de microplásticos en el cerebro y sus posibles efectos sobre la cognición captó la atención de la comunidad científica internacional tras un estudio reciente de la Universidad de Rhode Island. Publicado en Environmental Research Communications y reportado por The Washington Post, el trabajo mostró que ratones genéticamente predispuestos al Alzheimer desarrollaron deterioro de memoria y cambios de comportamiento después de una breve exposición a partículas plásticas diminutas.
Los animales estudiados portaban el gen APOE4, uno de los factores de riesgo más importantes para Alzheimer en humanos. Durante tres semanas, se les suministraron microplásticos de poliestireno -el mismo material de envases tipo Styrofoam- dispersos en el agua que bebían. Las partículas, de apenas 0,1 a 2 micrómetros, se administraron en dosis elevadas para simular una exposición intensiva similar a la que los humanos experimentan durante años. “Todavía me sorprende”, comentó Jaime Ross, profesora de neurociencia y autora del estudio, “no puedo creer que ocurra algo así tras la exposición a estas partículas”.
Los cambios en conducta y memoria se observaron únicamente en los ratones con APOE4 expuestos a microplásticos, reproduciendo patrones típicos del Alzheimer en humanos. Esto refuerza la preocupación sobre cómo factores ambientales, como los microplásticos, podrían influir en personas genéticamente vulnerables.
APOE4 y mayor vulnerabilidad frente a microplásticos
El gen APOE4 está presente en aproximadamente el 25 % de la población. Quienes lo portan tienen hasta 3,5 veces más riesgo de desarrollar Alzheimer que quienes poseen la variante más común, APOE3. Ross aclaró que portar APOE4 no garantiza la enfermedad, pero aumenta la susceptibilidad, especialmente en presencia de otros factores de riesgo, como dietas poco saludables o exposición a contaminantes ambientales.
En los experimentos, los ratones machos con APOE4 expuestos a microplásticos permanecieron más tiempo en el centro de un corral, mostrando apatía, mientras que las hembras tuvieron dificultades para diferenciar entre objetos nuevos y previamente vistos, reflejando patrones similares a los síntomas humanos: hombres con Alzheimer suelen mostrar apatía y mujeres problemas de memoria.
Microplásticos en cerebros humanos: certeza sin claridad en los efectos
Estudios recientes confirmaron la presencia de microplásticos en cerebros humanos. Según The Washington Post, un cerebro promedio contiene alrededor de siete gramos de estas partículas, aproximadamente el peso de una cuchara de plástico. Sin embargo, sus efectos sobre la cognición y la función cerebral aún no están claros.
Matthew Campen, profesor de toxicología en la Universidad de Nuevo México, planteó que el gen APOE4 podría facilitar la llegada de microplásticos al cerebro mediante mecanismos relacionados con la transferencia de lípidos y otras sustancias. “¿Y si APOE4 simplemente transporta más plástico de la boca al cerebro?”, se preguntó.
A pesar de estos hallazgos, los científicos advierten que los resultados en ratones no se pueden extrapolar directamente a humanos sin investigaciones adicionales. El estudio de Rhode Island no evaluó los efectos del envejecimiento y reconoce las limitaciones de sus modelos. Aun así, abre preguntas relevantes sobre la relación entre contaminación por microplásticos y enfermedades neurodegenerativas, marcando un camino para futuras investigaciones.