Las ciudades costeras de Brighton y Hove, ubicadas en el sur de Inglaterra, implementaron una innovadora política para proteger a las abejas solitarias, polinizadoras fundamentales que representan alrededor de 250 de las 270 especies de abejas que habitan el Reino Unido.
Desde enero de 2022, una normativa local establece que todos los edificios nuevos que superen los cinco metros de altura deben incluir “bee bricks” (ladrillos para abejas) y cajas nido para vencejos.
Estos ladrillos, creados por la empresa británica Green&Blue, tienen el mismo tamaño que uno tradicional, pero están diseñados con cavidades de distintos tamaños que imitan los espacios naturales donde suelen anidar las abejas solitarias. Están hechos de concreto reciclado, lo que los convierte en una alternativa ecológica que favorece tanto la conservación de estas especies como el uso sostenible de materiales de construcción.
El objetivo principal de incorporar estos ladrillos es contrarrestar la pérdida de hábitats naturales, provocada por la urbanización y el diseño moderno de edificios, que elimina los huecos y grietas donde estos insectos solían refugiarse. Al ofrecerles un entorno adecuado, se busca no solo proteger a las abejas solitarias, sino también fomentar la polinización y enriquecer la biodiversidad en entornos urbanos.
No todos están a favor de los «bee bricks»
No obstante, algunos científicos plantearon dudas sobre la eficacia de esta iniciativa. Señalan que, si los orificios de los “bee bricks” no se mantienen limpios, podrían convertirse en focos de enfermedades o atraer ácaros, lo que terminaría afectando negativamente a las abejas en lugar de beneficiarlas. Por eso, subrayan la importancia de un mantenimiento adecuado y la necesidad de realizar más estudios para entender el verdadero impacto de estos ladrillos en la biodiversidad.
Aun así, la propuesta de Brighton y Hove representa un esfuerzo por acercar la naturaleza a los espacios urbanos, reconociendo el papel clave que juegan las abejas solitarias en los ecosistemas. Aunque aún existen retos por resolver y se requiere mayor investigación, la incorporación de “bee bricks” es un paso importante hacia ciudades más sostenibles y comprometidas con la protección de la vida silvestre.