El Taller Ecologista volvió a advertir sobre la persistente contaminación en el basural de Ricardone, cuya influencia alcanza los cursos de agua cercanos y, en última instancia, impacta en el río Paraná. Lejos de mejorar, la situación se ha agravado en 2025, pese a que la organización había alertado sobre este problema hace ya dos años.
En agosto de 2023, este medio difundió los resultados de estudios realizados en los canales adyacentes al relleno sanitario, donde se detectó la presencia de “tóxicos sin tratar”.
El pasado 18 de febrero de 2025, los equipos del Taller Ecologista regresaron al sitio que, en teoría, debería manejar los residuos de la región sin causar daño ambiental. Sin embargo, los nuevos análisis arrojaron datos aún más preocupantes, generando una fuerte alarma entre los especialistas.
Imágenes y estudios para denunciar grave contaminación en un basural
“Fuimos, encontramos otra vez líquidos oscuros en los canales de alrededor y tomamos muestras. La llevamos a analizar al CIS (el Centro de Ingeniería Sanitaria que depende de la Facultad de Ingeniería de la UNR) y dio alta carga orgánica, más que todas las anteriores, con cromo y níquel elevados”, afirmó a Rosario3 Mirko Moskat, referente del área de Basura Cero del Taller Ecologista.
Como ocurrió en 2025, la ONG con 40 años de trabajo socioambiental notificó la situación a las autoridades municipales de Rosario y de la provincia de Santa Fe.
Según Moskat, las áreas específicas reaccionaron a medias. “La Municipalidad empezó a realizar algunas visitas al relleno a partir de nuestro reclamo en 2023. Lo que no observamos es que hayan aplicado alguna multa, a pesar de haberse constatado situaciones compatibles con el reclamo. En esta ocasión es similar, sabemos que fueron pero no tomaron muestra ni aplicaron sanción”, expresó.
En los basurales, como el de Ricardone, se producen normalmente líquidos contaminantes, denominados lixiviados, los cuales es necesario extraer y tratar adecuadamente.
“El tratamiento de esos líquidos no asegura que sean totalmente inocuos, pero en el caso de Ricardone lo que venimos viendo es peor, ya que en repetidas situaciones hemos encontrado este tipo de líquidos fluyendo por canales pluviales en los alrededores del predio”, explicaron desde Taller Ecologista.
Estos canales finalmente conducen al arroyo Ludueña, vía canal Ibarlucea, y de ahí al río Paraná. Por eso, en estos casi dos años “se sucedieron envíos de notas y pedidos de informes a los gobiernos municipal y provincial y algunas reuniones con la Municipalidad de Rosario, con una limitada respuesta”, afirmaron.
“¿Cuánto más tiene que quedar a la vista para que se accione positivamente por el resguardo de la salud y el ambiente?”, se preguntaron desde la organización verde y observaron “una actitud laxa por parte del Municipio de Rosario y la provincia de Santa Fe, que no han tomado la situación seriamente”.
El análisis a las muestras tomadas en el canal lindero al basural arrojó valores altos para ciertos parámetros físico-químicos (DBO, DQO, Cromo total, Níquel), dando la pauta de que se trata de un lixiviado sin tratamiento, informó el Taller Ecologista.
“El relleno sanitario no debería liberar lixiviados crudos, ya que corresponde que sean tratados dentro de la misma planta antes de su volcamiento”, subrayaron.
“El mal manejo de los líquidos es tan sistemático, que inclusive hay una bomba de agua que pareciera que vierte agua para diluir y ayudar a fluir a estos líquidos contaminantes. Esto ha estado a la vista de cualquiera en todo este tiempo”, completaron desde la ONG.
Más de una decena de localidades del área metropolitana envían su basura a Ricardone, pero Rosario es la que más residuos suma a esta montaña de basura, con cerca de 300.000 toneladas por año. “El gobierno provincial y los gobiernos locales son co-responsables en esta situación”, finalizaron.