Presentaron el motor eléctrico más potente del mundo y marca un nuevo estándar tecnológico

La empresa británica YASA, reconocida por su innovación en motores eléctricos de flujo axial, presentó un prototipo que redefine los límites de la ingeniería: un motor plano de solo 13,1 kilos capaz de generar 550 kW de potencia. Esto se traduce en una densidad de 42 kW por kilogramo, convirtiéndolo -según datos no oficiales- en el motor eléctrico más potente del mundo en relación peso-potencia.

YASA presentó el motor eléctrico más potente del mundo en su tamaño

El desarrollo no solo representa un avance significativo para la industria automotriz, sino que supera ampliamente a motores diseñados para aviación, donde la eficiencia entre peso y potencia es clave. Hasta ahora, los líderes en ese campo eran modelos como el Donut Labs, con 15,8 kW/kg, o el H3X HPDM-250, con 13,4 kW/kg. El nuevo motor de YASA más que triplica esos registros, marcando un nuevo estándar tecnológico.

Más que un récord: un avance clave hacia la electrificación sostenible

El nuevo motor de YASA no solo marca un hito técnico por su potencia, sino que representa un paso estratégico en la evolución del transporte eléctrico. A diferencia de otros prototipos experimentales que dependen de materiales costosos o tecnologías difíciles de escalar, este motor fue concebido desde el inicio con una mirada industrial. No utiliza componentes exóticos como aleaciones de cobalto-hierro ni requiere impresión 3D, lo que lo hace viable para una producción masiva estimada entre 10.000 y 50.000 unidades al año, sin comprometer su sostenibilidad ambiental ni económica.

El diseño axial-flux, en el que el flujo magnético corre paralelo al eje de rotación, favorece la eficiencia energética y la compacidad del motor. Esta arquitectura resulta ideal para vehículos eléctricos de alto rendimiento, pero también puede ser aplicada a plataformas más convencionales, ayudando a reducir el peso total, mejorar la gestión térmica y extender la autonomía sin necesidad de aumentar el tamaño de la batería.

Aplicaciones que trascienden al sector automotriz

Este prototipo representa un paso gigante en el camino hacia el transporte eléctrico

Aunque YASA es conocida por su alianza con Mercedes-Benz, el potencial de esta tecnología va mucho más allá de los autos eléctricos. Su filial Evolito, surgida tras la adquisición de la empresa, ya está desarrollando versiones similares para movilidad aérea urbana y drones de carga, dos sectores que exigen soluciones ultraligeras y de alta potencia.

Además, hay un creciente interés en aplicar esta clase de motores en áreas como la generación distribuida (por ejemplo, en microturbinas eólicas o convertidores hidroeléctricos portátiles), donde el espacio y el peso también son limitantes. El motor de YASA incluso podría tener un rol destacado en trenes ligeros, maquinaria agrícola electrificada o embarcaciones costeras, sectores en proceso de transición hacia alternativas limpias.

Impulso a la transición energética

Una mejor relación potencia-peso no solo implica más rendimiento: también se traduce en menos consumo de materiales, menor huella de carbono en la fabricación y mayor eficiencia operativa. Estos beneficios se alinean con los objetivos climáticos de la Unión Europea y otros marcos internacionales que promueven una economía descarbonizada para las próximas décadas.

El hecho de que el motor de YASA no dependa de tierras raras en grandes cantidades ni de materiales difíciles de reciclar también responde a uno de los mayores desafíos de la industria: garantizar una cadena de suministro más sostenible y resiliente. A medida que esta tecnología se adopte de forma más amplia, podría abaratar los costos de la movilidad eléctrica y acelerar su democratización.

Un motor, múltiples oportunidades

  • Optimiza el transporte eléctrico, mejorando la autonomía sin necesidad de baterías más grandes.
  • Acelera la electrificación de sectores difíciles de descarbonizar, como la aviación ligera o la maquinaria pesada.
  • Reduce el impacto ambiental de la producción, gracias al uso de materiales comunes y procesos escalables.
  • Inspira nuevos diseños de vehículos más livianos y compactos, con menor huella urbana y estructural.
  • Impulsa la generación de energía renovable distribuida, al permitir generadores más livianos para zonas remotas.

El nuevo motor de YASA no es solo una proeza tecnológica. Es una señal clara del rumbo que debe tomar la ingeniería eléctrica si queremos enfrentar la crisis climática con soluciones reales, eficientes y sostenibles.

I M: Notas sobre negocios y sustentabilidad.