Por primera vez, la ciudad de Hangzhou, China, fue testigo de un evento sin precedentes: el debut del primer torneo oficial de boxeo entre robots humanoides, como parte del CMG World Robot Contest: Mech Combat Arena.
Organizado por China Media Group y Unitree Robotics, el espectáculo presentó a los robots G1, que impresionaron al público con movimientos de combate dignos de un boxeador profesional: ganchos certeros, patadas giratorias en el aire y rápidas reincorporaciones tras ser derribados.
Cuatro equipos de operadores humanos dirigieron en tiempo real a los G1, robots de 1,3 metros de altura y 35 kilos de peso, que compitieron en enfrentamientos individuales y por equipos. Gracias a sus sofisticados algoritmos de control de movimiento y estructuras biónicas avanzadas, demostraron una notable precisión, estabilidad y la capacidad de ponerse en pie en menos de ocho segundos tras una caída, tiempo evaluado por un árbitro humano presente en el ring.
Con una fuerza de torsión de hasta 120 newton-metro en sus articulaciones, los G1 ejecutaron maniobras complejas con agilidad y potencia, ofreciendo un espectáculo que dejó al público asombrado.
El torneo, que fusionó tecnología de punta con espectáculo, se destacó por su innovador formato de colaboración entre humanos y máquinas. En lugar de comandos por voz o sensores de movimiento, los operadores guiaron a los robots mediante controladores manuales, una decisión que garantizó respuestas más rápidas y precisas durante los combates.
De acuerdo con los organizadores, el objetivo del evento fue más allá del entretenimiento: también sirvió como una plataforma para poner a prueba la resistencia y versatilidad de los robots, con la vista puesta en aplicaciones industriales y cotidianas. Para futuras ediciones, se planea aumentar el nivel de autonomía de los sistemas.
Transmitido en vivo, el evento fue un éxito rotundo y representa un paso clave en el desarrollo de robots humanoides. Además, refuerza la posición de China como potencia líder en inteligencia artificial y robótica.
Con un mercado que, según el Chinese Institute of Electronics, se estima alcanzará los 870 mil millones de yuanes (unos 120 mil millones de dólares) para 2030, este tipo de torneos abre nuevas posibilidades para la competencia tecnológica y la innovación.