Por fin explican por qué la Coca-Cola de vidrio sabe diferente (y mejor)

A la hora de disfrutar una bebida gaseosa, el envase importa más de lo que parece. No es casual que muchos aseguren que la Coca-Cola o la Pepsi saben mejor cuando se toman en botella de vidrio o servidas de grifo en un restaurante. La ciencia tiene una explicación, y el responsable de revelarla es el doctor Robert Barker, químico de alimentos y envases de la Universidad de Kent, en declaraciones al diario británico The Sun.

A diferencia del vidrio, la gaseosa en aluminio conserva una mayor cantidad de gas

Según Barker, el sabor cambia según el material del envase porque cada uno conserva de forma distinta la carbonatación, es decir, las burbujas que aportan frescura y efervescencia. “La carbonatación se absorbe con el tiempo dentro de la botella de plástico, lo que reduce su intensidad”, explica. En cambio, las latas de aluminio están recubiertas internamente con una resina que actúa como barrera frente a los gases, de modo que conservan mejor las burbujas y prolongan la vida útil del producto.

El vidrio, por su parte, ofrece la experiencia más fiel al sabor original. “El vidrio es inerte, lo que significa que no hay transferencia de sabor ni pérdida de gas significativa”, detalla Barker. De ahí que las bebidas en botella de vidrio mantengan ese toque más “chispeante” y fresco que tanto gusta.

Otro aspecto relevante es la posible interacción del plástico con el líquido. Aunque es segura para la salud -ya que se encuentra muy por debajo de los niveles permitidos por las autoridades-, puede provocar pequeños cambios en el gusto con el paso del tiempo. “Algunos compuestos, como los aldehídos, pueden modificar ligeramente el sabor si la botella está cerca del final de su vida útil”, señala el experto.

También el factor temperatura influye en la percepción. El vidrio mantiene el frío por más tiempo, lo que intensifica la sensación refrescante. “Cuando la botella fría toca nuestros labios, el cerebro percibe el sabor como más intenso”, dice Barker. Las latas también son efectivas en este aspecto, pero pierden el frío más rápidamente.

El pico más chico de la botella de vidrio es uno de los factores por los cuales conserva mejor el sabor

Incluso el diseño del envase afecta la experiencia. Las botellas de plástico suelen tener bocas más anchas que las de vidrio, lo que modifica cómo percibimos el aroma y la efervescencia. “Bebemos tanto con la nariz como con la boca”, aclara Barker. “Un cuello más estrecho concentra el olor y las burbujas, potenciando el sabor”, agrega.

En cuanto a la Coca-Cola servida de botella de vidrio, su sabor también varía. Aunque el producto base es el mismo, la diferencia radica en la forma de almacenamiento y dispensado. “La Coca-Cola de vidrio se presuriza y se sirve de manera más inmediata, sin pasar por una larga cadena de distribución”, explica Barker. Esto permite que el resultado sea un sabor más fresco y cercano al diseño original de la bebida.

I M: Notas sobre negocios y sustentabilidad.