Las tiny houses ya dejaron de ser una curiosidad importada y se ganaron un lugar propio en el mercado inmobiliario argentino. Compactas, funcionales y diseñadas para aprovechar al máximo cada metro cuadrado, estas viviendas se presentan como una alternativa rápida y flexible para quienes buscan una casa lista para habitar sin pasar por los tiempos y costos de una obra tradicional.
En plataformas de comercio electrónico, se ofrecen modelos base desde $880.000 por metro cuadrado, con estructura montada, aislación térmica, revestimientos y aberturas incluidas. Sí, en Argentina.
Cómo es la tiny house
El concepto, que se diferencia de las casas prefabricadas y de los contenedores adaptados, se diseña desde cero con medidas exactas, distribución optimizada y materiales livianos pero resistentes.
Según el fabricante, el modelo publicado está pensado para instalarse en un terreno propio y funcionar como vivienda principal, casa de fin de semana o espacio complementario. También hay opciones más equipadas que superan los $5,8 millones, con cocina, baño completo, muebles a medida y sistemas de climatización.
La tendencia, que ya tiene fuerza en Estados Unidos y Europa, se adaptó en Argentina a las normativas locales y a la disponibilidad de materiales nacionales. Las estructuras pueden ser de madera tratada o perfiles metálicos, con aislaciones que varían según el clima de destino.
Su instalación es rápida: en modalidad llave en mano, la casa puede colocarse en uno o dos días sobre platea, pilotes o bases metálicas. También hay versiones en kit para ensamblar y diseños a medida que permiten personalizar distribución, terminaciones e incorporar sistemas sustentables como paneles solares y recolección de agua de lluvia.
Más allá de la vivienda permanente, las tiny houses encuentran usos como cabañas turísticas, oficinas, consultorios, locales comerciales o ampliaciones en terrenos ya construidos. La propuesta apunta a ganar en funcionalidad lo que se cede en metros: suelen tener entre 20 y 50 m², con interiores diseñados para aprovechar cada rincón, muebles integrados y aberturas que maximizan la luz natural.
Con menor superficie cubierta, el gasto de mantenimiento y climatización también se reduce, sumando un argumento más a favor de este formato que combina diseño, rapidez y eficiencia.