Con el foco puesto en la transformación sustentable global, L’Oréal avanza en Argentina con una agenda que combina ciencia, innovación y alianzas estratégicas.
En este sentido, Mariana Petrina, directora de Comunicación, Asuntos Públicos y Sustentabilidad del L’Oréal Groupe en el país, lidera esa hoja de ruta con una mirada integral que abarca desde el diseño de los productos hasta el impacto social y ambiental de la compañía, con una apuesta clara para 2025: fomentar que los consumidores «abracen» los empaques de refill.
En diálogo con Economía Sustentable, Petrina repasa los principales avances del grupo en materia de sustentabilidad, los desafíos que implica implementar cambios a gran escala y el rol de las políticas públicas en ese camino.
-La estrategia de sustentabilidad de L’Oréal es global, pero ¿hay algún tipo de adaptación local en Argentina o siguen de forma estricta los mismos lineamientos en todos los países?
-La estrategia es global y se ejecuta, por supuesto, en cada país. L’Oreal por el futuro es un programa con compromisos a 2030 que se basan en la ciencia, que nos permiten definir grandes objetivos y grandes desafíos, como que el 100% de nuestros empaques sean rellenables, compostables, que sean de PET reciclado, o que el 100% de nuestras energías sean renovables en lo que es abastecimiento para todos nuestros sitios, o que el 100% de los ingredientes que utilizamos sean naturales, provenientes de fuentes sostenibles y minerales abundante, incluyendo el impacto social. Entonces, en base a esta guía, lo que hizo la compañía fue definir KPIs, es decir, indicadores que permitan que esos grandes objetivos sean medibles y trazables. Son más de 30 que manejamos internamente dentro de las filiales, y cada una responde a esos KPIs. Por ejemplo, para llegar al 100% de energías limpias, todas las filiales tenemos que abastecernos de energía eólica. No hay excusa.
-¿Esto arrancó en el 2020, ¿verdad?
-No, en realidad la transformación de L’Oréal viene desde antes, porque en 2020 ya teníamos líneas base para poder medirnos. Pero en 2008 habíamos empezado a hacer un primer análisis ambiental de toda nuestra industria. Entonces, esto se viene gestando: en 2013 hay algo formal, cuando en el core de la compañía empiezan a verse decisiones más sustentables, porque teníamos una directora de sustentabilidad que estaba entendiendo qué era lo que hacíamos y qué teníamos que mejorar. Se empieza a trabajar con indicadores más sencillos. Empezamos a analizar nuestra huella de carbono y luego otros indicadores, y en 2020 se formalizan esos objetivos, basados también en un compromiso público con los objetivos basados en ciencia y, obviamente, todo lo que es el pacto de MacArthur con una mirada al 2030.
Y siempre me gusta decir que “éticamente, la compañía demuestra su compromiso cuando, 30 años antes, decidió no testear sus productos en animales, ¿no? Y desarrolló una piel reconstruida in vitro llamada EpiSkin, gracias a la ciencia y a los laboratorios que tenemos, que logramos esto justamente 15 años antes de que la legislación europea lo exigiera. Entonces, ahí ya empieza este camino muy fuerte de sustentabilidad, ética y compromiso con esta decisión, que es muy importante porque, obviamente, implicó desarrollar un nuevo sistema para medir la calidad de los productos y asegurarse de que no afecten la salud de las personas.
-Entonces, tiene un papel clave el tema de la ciencia y el desarrollo para la empresa
-Es el corazón de la compañía. Para que te des una idea, L’Oréal nació gracias a un ingeniero químico que quiso crear la primera tintura inofensiva para el cabello. Así surgió L’Oréal Profesional, que es realmente el núcleo de la empresa. Entonces nace conciencia, con la ciencia de la mano, y el corazón y luego se expande a todos sus productos. Hoy tenemos más de 4 mil científicos en L’Oréal que están trabajando en innovación, a nivel global. Y después invertimos en nuevos desarrollos y desarrolladores para generar toda la innovación y tecnología que ves, siempre con la ciencia como base.
-De esos 4.000 científicos a nivel global, ¿qué peso tiene Argentina en este sentido?
-No, no tenemos peso. Depende de los países es donde se fabrica, pero las fórmulas normalmente salen o de París (Francia), o de China, o de Estados Unidos, dependiendo de las marcas. Tenemos 37 marcas en el mundo pero en general las fórmulas son de este equipo de científicos y de los equipos de R&I que tenemos, ¿no? Incluso Brasil es un país que también tiene un equipo de investigación y desarrollo de productos y fórmulas, también son los que un poco lideran, toda esta transformación y esta ciencia detrás de los productos.
-¿Y de esos productos hay alguno que se fabrique directamente en Argentina?
–El 70% de lo que se vende en Argentina, se fabrica en Argentina. Pero las fórmulas son del grupo L’Oréal y vienen de París (Francia), Estados Unidos o de otros lugares.. La fabricación, sí se hace en Argentina y normalmente implican las marcas más de consumo masivo. Con ganas de seguir creciendo, por supuesto, y evaluando el mercado. Y todo lo que importamos es todo lo que es productos más de lujo, que contienen ingredientes específicos que no pueden transportarse fácilmente, por lo que es preferible importarlos. Por ejemplo, una agua micelar de La Roche-Posay contiene agua del manantial de La Roche-Posay en Francia, y no tiene sentido transportarla, menos aún agua.
-En el ámbito internacional, muchas compañías están adelantando sus metas, algunas ya plantean objetivos para 2040 o 2050. ¿Ustedes están considerando algo así o mantienen firmes sus objetivos para 2030?
-Nuestros objetivos siguen firmes. Nosotros revisamos los objetivos el año pasado, de la mano de los asesores de lo que es Clima, que es lo que más está cambiando, por supuesto, y más rápido. Nuestros objetivos siguen en pie, lo que sí hicimos fue reajustar nuestra estrategia. Entonces, sabemos que si algunos objetivos no vamos a llegar, vamos a tener que hacer movimientos bold, le dicen, ¿no? Movimientos que van a incomodarnos como compañía un poco más.
-Te llevo al plano local y nacional. Obviamente, se abrieron las importaciones. ¿Cómo repercutió esto en la compañía? ¿Les sirvió para bajar costos o traer nuevos productos? Veo que han tenido muchos lanzamientos últimamente.
-La verdad es que no soy la vocera especial para contarte del negocio, pero puedo decirte que la compañía mantiene su estrategia, sus lanzamientos son los que estaban planificados y estamos sí muy enfocados en el lanzamiento de refills que es un poco lo que nos permite a nosotros innovar también en términos de sustentabilidad, ¿no? Un poco mi experiencia como directora de sustentabilidad es ‘necesitamos traer los productos que acompañen esta transformación’, y por eso trajimos refill tanto en lo que es la industria de la peluquería, como que lo presentamos a principio de año en Bioferia, no solamente en empaques de super lujo como fue la línea de oleos que es super consumida por las mujeres argentinas, sino también todo lo que shampoo y acondicionador que es super novedoso para el sector.
Y después todo lo que es que ya veníamos con lujo de fragancias que es novedoso para el mercado, tiene además una posibilidad de consumirlo con entre un 15% y un 30% descuento que eso es super necesario para poder adquirir esta nueva modalidad, y esta nueva cultura que también estamos empujando. Sabemos por un estudio global que el 78% de los consumidores declara que quiere productos sustentables, pero a la hora de pagar por el refill, especialmente en productos de lujo, sigue siendo un desafío, porque quienes compran lujo buscan sofisticación, un empaque atractivo y duradero. Lo que les decimos es que hoy pueden tener todo eso y, además, evitar desperdiciar el empaque principal comprando un refill a un costo menor. Sigue siendo una buena oportunidad para el consumidor.
-O sea, que esos refills sí son importados
-Sí, todo lo que es fragancias son importadas y tiene sentido también. Hay marcas que tienen ingredientes que son de distintas partes del mundo y no podríamos transportarlos. Sería realmente muy difícil y una huella de carbono mucho más grande. Entonces, lo que hacemos es cada fragancia que viene con su fórmula desde afuera, lo que hacemos es sí empujar el consumo de refill. Necesitamos que la consumidora lo adopte. Por eso también desarrollamos el refill movement.
-¿Por qué la apuesta de los refills en esta línea de alta gama?
-No es que no estén en el consumo masivo. En otros países del mundo ya un Elvive tiene su empaque de relleno, va a llegar. Va a llegar.
-¿Va a llegar?
-Sí, no puedo spoilear mucho más pero va a venir. En el resto del mundo tenemos en todas las categorías refill. Elvive, CeraVe, La Roche-Posay, Vichy. Hay para todos de las marcas. En Argentina los productos con refill van llegando de a poco; hasta ahora, lo que podíamos importar eran principalmente fragancias. En el segmento masivo se retrasó un poco, por eso hay más productos de lujo con refill.
La verdad es que acá lo que vemos es ese desafío, que el consumidor empiece a adoptar en belleza y en cuidado personal empaques de refill. ¿Por qué? Porque están todavía reacios a la experiencia quizás, o no estaban acostumbrados o no todavía no le no le vieron el beneficio. Pero la verdad es que es un compromiso de la compañía poder empujarlo.
-Y desde que lanzaron acá los refills en Argentina en Bioferia, ¿cuál fue la respuesta en general la verdad?
-La verdad, vemos que hay una muy buena respuesta del consumidor y un fuerte pedido por parte de los profesionales. Para nuestra sorpresa, fue muy bien aceptado y funciona muy bien. Y en lo que es lujo, la verdad es que viene de a poquito, pero yo creo que tiene que ver con un tema de costumbres. Y de que bueno, cuando uno va a comprar, no sé, una fragancia para regalar, busca un empaque super lindo, busca la aspiracionalidad. Pero bueno, quizás es entender y empezar a aceptar que es necesario esta mirada sustentable. Cuanto más oferta traigamos nosotros como líderes, más se va a empezar a ver ese consumo.
-Hace poco lanzaron el programa RUTAmbiental. ¿Costó hacer este tipo de alianzas? ¿Cuál fue el aporte de L’Oreal?
-Costó sí porque uno tiene que ponerse de acuerdo con otras compañías e identificar quiénes están un poco en la misma ruta que uno. Esto nace de encontrarnos con distintas empresas de consumo masivo y de entender que tenemos los mismos desafíos, de transformarnos, tanto hacia la transparencia en lo que es ingredientes como en empaques, y hacernos cargo de esos empaques que ponemos en el mercado, que sabemos que es una responsabilidad compartida y también una necesidad. Nosotros ya lo hacemos en muchos países del mundo, por lo cual tenemos esa expertise y además, RUTAmbiental nos permite tener un sistema eficiente y trazable con una app de lo que está sucediendo con la recolección de residuos en todo el país.
Esto es una invitación a que más empresas se sumen, porque cuantas más lo hagan, más escalable puede ser este programa. Hoy no es una necesidad por una ley. No existe una obligación para las empresas, pero nosotros estamos comprometidas con poder llevar un modelo que funciona, y poder dárselo a las autoridades para que tomen en cuenta. ¿Por qué? Porque todos ganamos. Si tenemos un sistema eficiente de recolección de materiales, estos materiales van a volver al mercado, vamos a generar empleo, vamos a generar mejores precios, vamos a generar competitividad y eso vuelve a las empresas que consumimos de vuelta ese material para generar nuestros nuevos productos. Entonces, es una ganancia para todos.
-Además del conocimiento, ¿ustedes hicieron algún tipo de inversión?
-Sí, claro. Por eso es importante que cuantas más empresas nos podamos sumar, más escalable lo podemos hacer. Argentina es muy grande y hoy estamos, si viene es bastante para un año, en 12 municipios. Necesitamos estar en todo el país. La idea es que la empresa pueda financiar una parte de este sistema, ¿no? La otra parte la hace el municipio, y la otra parte es la que queda en la cooperativa y todo lo que es la cadena de valor que termina dándole circularidad al sistema. Definitivamente las empresas tenemos que aportar para poder tener un sistema eficiente, porque de alguna manera cuando salga la ley también vamos a tener que aportar. Entonces es mejor hacerlo en un sistema que funcione.
-Hay varias iniciativas en el Congreso sobre una ley de envases. ¿Ustedes están en diálogo con algún sector al respecto? En caso de que se sancione, ¿cómo lo verían desde la empresa?
-Sí, nosotros estamos a favor de un proyecto que bien armado y con una mirada realmente circular pueda funcionar. De hecho, somos una empresa que está comprometida , y lo ves en nuestras iniciativas. Estamos de acuerdo con un sistema de recuperación de envases a cargo de las compañías, pero siempre y cuando tenga una mirada eficiente, circular y trazable. Por eso nos estamos comprometiendo hoy a trabajar en un sistema antes de que exista una legislación en Argentina.
-Durante la presentación de RUTAmbiental mencionaste la posibilidad de incorporar envases compostables. ¿Están avanzando en esa línea? ¿Tienen algún proyecto concreto en desarrollo?
-No tengo información precisa para contarte. Sí está dentro de nuestros objetivos que los empaques sean compostables. Estamos trabajando con desarrolladores. Nosotros tenemos Station F, que es un lugar donde tenemos incubando desarrolladores. Están en Estados Unidos, en distintas ciudades, pero tenemos incubadoras en todo el mundo y, la verdad, es que con muchas expectativas. Está la ambición, está el desafío. Esperemos que haya novedades pronto.
-Sobre los objetivos al 2030, mencionaste que el más atrasado es el del agua. ¿cómo piensan avanzar en esto?
-Cuando uno piensa en una fábrica seca – que es el objetivo, ¿no?- , que un producto se pueda producir y no tenga desperdicio de agua también tiene que pensar en toda la cadena que incluye eso: es cómo producimos las maquinarias que tenemos, cómo están armadas esas fábricas, con qué contamos para que esta fábrica pueda ser seca. Pero también implica toda la formulación del producto, los ingredientes que utilizamos. Entonces, si bien es la más atrasada, sabemos que lo vamos a cumplir. Nos quedan pocos años porque es 2030, pero ya un tercio de las fábricas de L’Oréal han sido modificadas para que sean fábricas secas. El know-how lo tenemos, tiene que ver con un tema de inversión y tiempo para que todas nuestras fábricas en todo el mundo puedan adquirir este sistema.
-Es decir, ¿de todos los objetivos el que presenta mayor desafío en Argentina es el del agua?
-No, acá en Argentina, en todos lados del mundo. En Argentina, te diría que el más difícil es todo lo que tiene que ver con transporte verde. Por la infraestructura que tenemos, ¿no? Ahora están entrando muchas más opciones de transporte: camiones verdes, biogás. Nosotros estamos trabajando en un piloto con biogás para poder bajar las emisiones. Tenemos un país muy grande y la base de nuestro transporte es terrestre, sobre todo con camiones. Entonces, lo que estamos haciendo con la flota es trabajar en un piloto para ver si podemos transicionar de gas o de nafta a biogás. Y eso ya es un hecho: el piloto está funcionando. Pero, claro, de ahí a escalarlo, necesitamos tiempo. Es un proceso
-Por último, ¿qué tiene que tener una estrategia de sustentabilidad para que sea exitosa?
-Uf, es grande la respuesta, pero voy a tratar de reducirla. Primero, tiene que tener visión. Creo que tenemos que conocer también y asesorarse por expertos, y eso creo que lo tiene L’Oréal. Creo que tiene que tener una mirada colaborativa, ya que la transformación es necesaria y es muy grande. No lo hacemos solos.
Luego, medir cada uno de los pasos que tenemos. Saber de dónde partimos, y ver cómo podemos evolucionar siempre. También aliarnos con gente que sabe, aliarnos con la ciencia, trabajar en innovación y capacitar a nuestros equipos para que en los países sea posible llegar a esto.
Además, me parece clave explicar por qué lo hacemos. Cuando uno logra que sus equipos estén conectados con el propósito de esta transformación, no hace falta que uno pida las cosas: la gente empieza a pensar de otra manera. Y cuando en cada decisión que tomamos logramos que sea un poquito más sustentable, ya lo logramos.