La presencia de arsénico en el agua de consumo , de red y de pozo, vuelve a encender alarmas en la Argentina. El Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) presentó una actualización de su mapa nacional de arsénico, un relevamiento que lleva más de una década y que hoy confirma que decenas de miles de personas están expuestas a niveles que pueden afectar la salud pública.
El problema tiene particular peso en la provincia de Buenos Aires, donde se registró un incremento significativo de detecciones. Según el estudio, alrededor de cuatro millones de personas en el país podrían estar expuestas al arsénico a través del agua o los alimentos.
El químico puede estar presente de manera natural en napas y acuíferos, especialmente en zonas del interior, pero también puede aparecer por fallas en los sistemas de potabilización o perforaciones domiciliarias sin control.
Por qué el arsénico es peligroso
El arsénico es un metaloide que, consumido de manera prolongada, puede provocar lesiones en la piel, problemas cardiovasculares, trastornos neurológicos y un aumento del riesgo de cáncer. Cuanto mayor es la concentración y la exposición, mayores son los daños.
“Las áreas geográficas más damnificadas con este fenómeno son lo que es el corredor de la ruta 5 y zonas aledañas a Mar del Plata”, explicó Jorge Daniel Stripeikis, doctor en Química de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y responsable del ensamble del mapa del ITBA.
Stripeikis, que también dirige el Departamento de Ingeniería Química y Petróleo del Centro de Ingeniería en Medio Ambiente del ITBA, advirtió que la exposición prolongada al arsénico sigue siendo uno de los desafíos sanitarios más serios del país, especialmente en zonas donde el agua proviene de perforaciones sin tratamiento.
El mapa clasifica los niveles detectados en tres categorías:
- Verde (<10 ppb): recomendada para el consumo, considerada segura según el valor guía recomendado por la OMS.
- Amarillo (10 a 50 ppb): nivel de precaución, se requieren estudios adicionales.
- Rojo (más de 50 ppb): no apto para consumo ni cocción; se aconseja reemplazar por otra fuente segura.
La actualización incluye mediciones recientes y también registros históricos que pueden generar confusiones si no se analiza la evolución tecnológica y los cambios en los sistemas de tratamiento de cada zona.
Los municipios bonaerenses más afectados
De acuerdo con un relevamiento realizado por Infobae en base al mapa actualizado del ITBA, «66 municipios bonaerenses están en zonas amarillas o rojas. De ellos, 41 son cabeceras de partido, y 14 presentan mayormente indicadores en rojo».
Entre los más comprometidos figuran Cañuelas, Chivilcoy, Ezeiza, Junín, Lobos, Mercedes, Monte, Navarro, San Vicente, Suipacha y Tres Arroyos, entre otros. Muchos de estos puntos se ubican cerca de lagunas o espejos de agua extensos, una condición que favorece la presencia natural del arsénico en la napa.
Casos históricos también influyen en el mapa. En Balcarce, por ejemplo, una medición de 2016 registró 68,5 ppb en la red de agua potable. Si bien análisis recientes de la empresa local muestran niveles menores —30 ppb, dentro de lo permitido por la normativa argentina (hasta 50 ppb)—, el registro anterior mantiene al distrito dentro de las zonas críticas del mapa.
Qué dijeron desde AYSA
Desde AYSA aclararon en un comunicado de prensa que el agua suministrada en su área de concesión cumple con todos los parámetros establecidos. «En toda el área de concesión las concentraciones de arsénico se encuentran por debajo del valor regulado», sumaron. «Con respecto al consumo de agua de las perforaciones particulares, no se recomienda su utilización debido a que escapan a los controles que realiza esta concesionaria», precisaron.
Ante cualquier duda, AySA recuerda a los usuarios que tienen a disposición los canales de atención autogestionada: WhatsApp: 11-5984-5794. «Además, pueden contactarse a través de los canales oficiales de Instagram: @aysa.oficial y Facebook: AySA. Argentina de 6 a 24 horas, o llamando al 0800-321-AGUA (2482), disponible las 24 horas».