“Son alguien, no algo”, es la frase que repiten los impulsores de la Ley Sintientes que se presentó el pasado viernes 5 de diciembre en el Congreso de la Nación.
Bajo esa consigna, el evento contó con la presencia de destacadas figuras de la política, de las organizaciones de lucha contra el maltrato animal y de la Justicia, que apoyan la iniciativa que tendrá otro capítulo en el Parlamento, con la nueva composición que debutará este 10 de diciembre.
Este nuevo escenario ilusiona a los impulsores de la ley con que esta vez este cambio de paradigma puede llegar a convertirse en realidad. Es que, sostienen que varios de los diputados -algunos libertarios- se manifestaron a favor de impulsar leyes contra el maltrato animal.
“La ley es importante porque viene a romper con un paradigma de cosificación que viene desde hace siglos, es histórica porque nunca pasó. Estamos haciendo historia, no sólo por los animales que merecen ser dignificados sino por la raza humana es un paso moral que les debemos”, afirmó Liz Solari en declaraciones a Economía Sustentable, antes del encuentro.
Para la modelo, “es muy importante porque estamos hablando no sólo de un proyecto como de un cambio de paradigma. Cosificamos todo aquello que queremos explotar y cuando cosificamos le sacamos la identidad, lo deshumanizamos”.
“Este colectivo está acá para deconstruir y para ayudar a escribir una nueva historia”, sostuvo Solari, quien puso de relieve que este proyecto “podría ser un gran instrumento en las manos de los jueces para abordar casos que suceden diariamente”.
Según la modelo, “aprobar ley Sintientes es un acto de justicia y una parte de pagar la deuda moral que tenemos con nuestros hermanos del reino animal” y busca convertir a la Argentina es un país “más justo, más humano, más compasivo”.
Antes de la presentación, Solari precisó que “ser cosificado significa que la propia vida existe para el beneficio de otro. A lo largo de la historia, los humanos hemos cosificado a las mujeres, a los pueblos originarios, a los afrodescendientes. Intentamos dejar atrás esa fase de la que nos avergonzamos pero parece que nos olvidamos que seguimos haciendo lo mismo con los animales”.
El proyecto fue elaborado por la ONG Sintientes y presentado en el Congreso por la diputada María Sotolano (PRO).
La iniciativa cuenta con el apoyo de más de 90 ONG nacionales e internacionales y fue acompañado además por un puñado de legisladores de varios bloques como Gabriela Estévez (Unión por la Patria), Margarita Stolbizer (Encuentro Federal), Yamila Ruíz y Alberto Arrúa (Innovación Federal), María de los Ángeles Moreno y Nancy Picón Martínez (Producción y Trabajo), entre otros.
Sin embargo, el impulso decisivo provino de la ciudadanía a través de la petición de Change.org, lanzada el 25 de junio de 2022.
Para los defensores de los animales, en el último tiempo, las denuncias contra el maltrato animal aumentaron, en gran parte gracias a la concientización social pero advierten que las herramientas legales que existen para terminar con esa situación son precarias.
“Es hora de que la ley se ponga a la altura de lo que está pasando con la conciencia social y con lo que está pasando con la jurisprudencia”, precisó la modelo.
No es una ley prohibitiva
Liz Solari junto a la ONG Sintienes inició hace varios años una campaña de recolección de firmas a través de Change.org para apoyar la sanción de la norma, con la que se lograron más de 300 mil firmas.
Durante la presentación, Solari remarcó que si bien “Argentina es un país que dice estar a la vanguardia en cuestiones de derechos animales, el Código Civil y Comercial aún mantiene la condición jurídica de cosas al referirse a los animales (no humanos), negándoles ser sujetos de derechos y avalar su sintiencia, inteligencia y conciencia reconocida hoy en día por la ciencia. Como sociedad demandamos justicia y protección, pero la ley falla en proteger a los animales”.
La ley fue presentada formalmente ahora con el impulso legislativo de la diputada del PRO, María Sotolano, que concluye su mandato este 10 de diciembre, pero que cuenta con el respaldo de legisladores de otros bloques que continúan en el Congreso y buscarán darle mayor exposición a la propuesta.
Del evento participaron especialistas, magistrados, referentes de organizaciones y figuras comprometidas con la temática, Esteban Bullrich, exministro de Educación de la Nación y fundador de la Fundación Esteban Bullrich; Máximo Mazzocco, fundador de la ONG EcoHouse y del medio Eco News; Leonardo Barnabá, abogado penalista especializado en maltrato animal y coautor del proyecto; el Dr. Rolero Santurián, juez de Cámara Penal de CABA, con 26 años de trayectoria en el Poder Judicial y ex titular de UFEMA; Rocío López Di Muro, jueza del fuero Penal, Contravencional y de Faltas de CABA y Graciela Fayt, abogada y directora del Instituto de Derecho Animal de la Asociación Argentina de Justicia Constitucional.
El encuentro, que se realizó en el Auditorio del Congreso, también contó con la participación de reconocidas figuras públicas comprometidas con la causa animal como Nacha Guevara; Nicole Neumann; Carolina Peleritti y Kiki Petrone, entre otras.
En ese marco, Sotolano explicó a Economía Sustentable que “este debate propone una idea de cambio de paradigma porque no sólo habla de proteger la vida animal sino que es un proyecto que viene a proteger la vida en su totalidad, cómo tratamos a los animales y a la tierra”.
“No es en contra de ninguna industria sino a favor de un debate donde reflexionemos para tener una vida más equilibrada. Este es un proyecto que fue resistido también pero lo importante es el debate. Queremos que Sintientes se pueda expresar en el Congreso porque va a enriquecer: después cuanto tiempo llevará eso depende del Congreso y de la sociedad”, continúa la diputada del PRO.
Precisó que la médula del proyecto “es plantear que los animales sienten, no son cosas. Hoy están equiparados con los muebles, son cosas pero cada vez hay más evidencia científica que tienen emociones, que tienen impacto en su salud, igual que nos pasa a los humanos. Sacarlos de la cosificación implica marcar un precedente y son ser sujetos de derechos donde puedan tener representación”.
Según Sotolano, que tiene presentados varios proyectos contra maltrato animal, “hay prácticas crueles que son innecesarias” como el testeo de cosméticos en animales y se esperanza con poder avanzar esta vez en el debate de la iniciativa, al ser consultada si la predilección del presidente Javier Milei por los animales podría favorecer el debate.
“Ojalá que podamos avanzar. Con un presidente animalista, tal vez se puede abrir una oportunidad. No hay ningún diputado de LLA que haya acompañado formalmente esta propuesta pero creemos que muchos están receptivos”, se ilusiona la legisladora, que después del 10 de diciembre pasará a ocupar una banca en la Legislatura bonaerense, desde donde dice que seguirá impulsando este tipo de debates.
Por su parte, el abogado Leonardo Barnabá, integrante de la ONG Sintientes que colaboró en la redacción del proyecto, dijo que se trata de “una respuesta práctica y real a algo que nos está pasando” y pidió a los legisladores que lean el proyecto, que lo trabajen, lo discutan con rigor y profundamente y si lo hacen vamos a estar respondiendo para que Sintiendo sea ley”.
“Los animales sienten y los diputados tienen que hacer que se los reconozca. Les pedimos que hagan un análisis profundo y no superficial del proyecto”, aseguró el abogado.
De todos modos, Barnabá aclaró que no se trata de “una ley penal, no establece escalas penales, no tiene que ver con eso. Tampoco confunde a las personas humanas con los animales, les da personalidad jurídica propia y no es un capricho sino una modificación al Código Civil y Comercial que es posible, armónica y ampara a los animales contra prácticas que hoy son legales pero que no deberían existir como las jineteadas”.
¿Qué dice el Código Civil y por qué los animales siguen siendo considerados “cosas”?
El Código Civil y Comercial de la Nación Argentina no diferencia entre animales domésticos, de consumo o silvestres: los agrupa a todos bajo la categoría de “bienes semovientes”, lo que significa que, en términos legales, son tratados como objetos dentro del régimen de propiedad.
En este marco, la Ley Sintientes propone un cambio histórico: reconocer a todos los animales como personas físicas no humanas y, por lo tanto, sujetos de derecho.
Este reconocimiento no genera cambios automáticos en cada situación concreta pero abre la puerta para que los jueces puedan decidir en favor de los animales, superando las limitaciones del paradigma actual, en el que su sufrimiento se evalúa como daño a un objeto.
La propuesta busca que el Congreso modifique el estatus jurídico para reconocer a los animales como «animal no humano sujeto de derecho», proporcionando al sistema judicial y a la legislación de bienestar animal una herramienta acorde a la ética social y el conocimiento científico actual.
Esta modificación se centra en establecer las bases legales para una mayor protección y responsabilidad jurídica frente a la crueldad.
“Ley Sintientes llegó para cambiar el paradigma de cosificar a los animales en Argentina: es una modificación del Código Civil y Comercial Argentino, no es una ley penal. La misma busca garantizar el derecho fundamental a ser respetados y el fin de su consideración como objetos en el Código Civil”, sostienen desde Sintientes.
¿En qué consiste la Ley Sintientes?
La Declaración de Cambridge, presentada en 2012, marcó un hito significativo en la discusión sobre los derechos animales al reconocer formalmente que los animales no humanos tienen una capacidad única para sentir emociones y sufrimiento.
Este documento fue respaldado por un grupo de científicos y expertos en ética animal e implica una responsabilidad moral y ética hacia el bienestar de estos seres.
Esa declaración fue el puntapié inicial y sirvió como base del proyecto de Ley Sintientes, que tiene como objetivo el modificar el Código Civil y Comercial de la Argentina para que se considere a los animales como “personas no humanas sintientes” y se los pueda retirar de su categoría actual como objetos o “cosas”.
De esta manera se les podría brindar la dignidad y los derechos que merecen.
La ley no preveé diferencias entre animales que se consumen o que no se consumen, ni entre domésticos o no domésticos sino que hace referencia a todos ellos en su conjunto.
- Se incorpora como Artículo 21 bis del Código Civil y Comercial de la Nación, el siguiente texto: “Los animales no humanos, cualquiera sea su especie, son reconocidos como sujetos de derecho en razón de su naturaleza sintiente”.
- Se les reconoce plenamente su sintiencia y quedan excluidos de cualquier otra caracterización que afecte su también reconocida dignidad.
- Como tales son titulares de los derechos que les sean inherentes y de todos aquellos que este Código y las leyes especiales les reconozcan, incluyendo el derecho a no ser sometidas a malos tratos, crueldad o sufrimiento innecesario.
- Ejercerán sus derechos por intermedio de personas humanas o jurídicas con interés legítimo en la defensa de esos derechos
“Los animales no humanos no son considerados bienes en ningún sentido, sino en los términos del Art. 21 BIS”
Según sus impulsores, la ley no va a generar cambios inmediatos sino que es el primer gran paso para que se pueda accionar judicialmente a favor de los animales.
Una vez declarados personas no humanas sujeto de derecho es la jurisprudencia, o sea los jueces, los encargados de resolver cada caso planteado.
Por eso, sostienen desde Sintientes, que esta reforma implica una gran mejora en cuanto a disminuir el sufrimiento, superando lo que hasta ahora han permitido las leyes bienestaristas.
Desde la ONG Sintientes, confían que el consenso, ya sea social, político como moral permita que la iniciativa avance con la fuerza que exige una sociedad que reclama, cada vez más alto, una forma distinta de relacionarse con los animales.
¿Qué países aplican la Ley Sintientes?
Entre los países que aplican normativas de bienestar animal y reconocen la sintiencia se encuentran el Reino Unido, Nueva Zelanda, Alemania, Suiza, España, Francia, Países Bajos, Canadá, México, Costa Rica, Brasil y Perú.
Las legislaciones van desde el reconocimiento constitucional hasta sanciones penales por maltrato.
Si bien el nivel de aplicación y especificidad varía reconocen que los animales sienten dolor y sufrimiento y deben ser protegidos legalmente.
En ese sentido, el Reino Unido es pionero en leyes de alta calidad que penalizan el maltrato. Alemania, Austria, Suiza, Francia, Portugal y la República Checa, crearon una categoría legal intermedia para los animales que los reconoce como seres sintientes, no solo como cosas.
Nueva Zelanda reconoce la sensibilidad animal en su legislación desde 2015, obligando al cuidado adecuado, mientras que Canadá ha avanzado en legislación sobre sintiencia. Por su parte, México tiene leyes específicas, como la de Protección a los Animales en la Ciudad de México, con casos relevantes de aplicación. A su vez, Brasil cuenta con leyes que sancionan maltrato con multas y cárcel.
Perú aplica la ley de Protección y Bienestar Animal desde 2016 que sanciona crueldad y abandono, mientras que Chile aprobó en 2017 una legislación contra el dolor y sufrimiento animal.
Otro tema pendiente en el Congreso
Desde 2009 se busca reformar la norma sancionada el 27 de septiembre de 1954 por la Cámara de Diputados y que establece penas de prisión de 15 días a 1 año al que infligiere malos tratos o hiciere víctima de actos de crueldad a los animales. Por esto, aumentar las penas fue desde hace varios años el objetivo de legisladores de diferentes bloques.
La última vez que se avanzó en el debate sobre el tema fue durante 2019, que se pusieron en análisis un paquete de proyectos que, sin embargo, no lograron avances.
Pero el proyecto de los legisladores Gabriela Burgos y Daniel Lipoveztky (que el año anterior había defendido en Diputados hasta su sanción a la ley de galgos) llegó a ser debatido en comisiones aunque se frenó al momento de tratarse la tracción animal a sangre. Mientras desde las organizaciones pedían la prohibición, cooperativas sociales pedían regular la actividad.
En 2024, el diputado del PRO, Damián Arabia, ahora en La Libertad Avanza, reflotó el tema y presentó un proyecto conocido como la ley “Conan” para elevar las penas contra el maltrato animal, derogar algunos artículos completos, agregar otros. Busca regular la tracción animal equina, al igual que la experimentación con animales. Propone además hacer del Día del Animal un día de concientización.
Según el propio Arabia, el proyecto busca que se den penas severas, “que no solamente se aumentan hasta los tres años, sino que, además, generarán multas por un determinado número de salarios mínimos, vitales y móviles”.
Sostuvo que “es un tema muy importante donde hay gente muy preocupada por los últimos casos de los perros encerrados en los autos por sus dueños mientras hacen compras en los centros comerciales. Son hechos que conmueven mucho y es relevante cambiarlo”.
En ese momento, el respaldo del presidente al proyecto ilusionó al legislador. En sus redes, Milei escribió: “¡Hola, Damián querido! Felicitaciones por tu enorme trabajo y esperemos que La Ley Conan se haga realidad… Abrazo gigante”.
Sin embargo, el proyecto no avanzó y nisiquiera fue puesto en agenda del Parlamento.
Tal vez, ahora con la nueva composición y con mayor número de libertarios en ambas cámaras, los proyectos sobre mal trato formen parte de las prioridades del Congreso y logren avanzar.