En vísperas de las próximas conferencias climáticas de la ONU, los presidentes de la COP29, Mukhtar Babayev (Azerbaiyán), y de la COP30, André Corrêa do Lago (Brasil), presentaron la Hoja de Ruta de Bakú a Belém, un plan estratégico que busca movilizar al menos 1,3 billones de dólares por año en financiamiento climático destinado a los países en desarrollo hasta 2035.
El documento, elaborado a pedido de las Partes del Acuerdo de París, marca un intento de traducir la urgencia científica en un mecanismo financiero concreto y de preparar el terreno para una nueva meta global de financiamiento climático. Según Babayev, “los compromisos para 2030 y 2035 ofrecen una oportunidad única de transformar promesas en desarrollo real y sostenible: proteger el planeta, generar empleos y garantizar prosperidad para todos”.
Cómo es la hoja de ruta
La Hoja de Ruta se estructura en cinco frentes de acción, denominados las 5Rs:
- Reabastecimiento de subsidios y financiamiento concesional.
- Reequilibrio del espacio fiscal y de la sostenibilidad de la deuda.
- Redirección del financiamiento privado y reducción del costo de capital.
- Reestructuración de la capacidad institucional para carteras climáticas a gran escala.
- Reformulación de los sistemas financieros para flujos de capital equitativos.
El objetivo es aumentar el acceso de los países en desarrollo a los fondos climáticos y fortalecer los avances en áreas clave como adaptación, energía limpia, conservación de la naturaleza, sistemas alimentarios sostenibles y transiciones justas.
Corrêa do Lago subrayó a los organizadores de la COP30 que la propuesta inaugura “una nueva era de transparencia en el financiamiento climático”. En su visión, la acción climática debe integrarse con reformas económicas y financieras estructurales, de modo que los compromisos internacionales se traduzcan en inversión real.
Entre 2026 y 2028 se prevé una primera etapa de implementación enfocada en mejorar la calidad de los datos, promover reformas estructurales y fortalecer la cooperación internacional. Según Simon Stiell, secretario ejecutivo de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (UNFCCC), “esta nueva era marca la convergencia entre los procesos formales y la economía real, acelerando la implementación y generando beneficios para miles de millones de personas”.
El mensaje de fondo de la Hoja de Ruta es tan político como económico: los recursos existen, la ciencia es clara y el desafío ya no es técnico, sino de voluntad colectiva. En palabras del informe: “Lo que falta es determinación: hacer de esta la década en la que la ambición se convierte en acción”.