La controversial decisión de la Unión Europea para 2035 con los autos a combustión

La Comisión Europea dio a conocer este martes una propuesta que implicaría flexibilizar la prohibición de facto de la Unión Europea a la comercialización de nuevos vehículos con motor a combustión a partir de 2035. El anuncio, impulsado por la presión de la industria automotriz del bloque, representa el giro más significativo en las políticas ambientales europeas de los últimos años.

Europa elimina la prohibición de los autos a combustión para 2035

La iniciativa todavía debe ser aprobada por los Estados miembro y por el Parlamento Europeo, pero de avanzar habilitaría la continuidad en la venta de determinados modelos que no son plenamente eléctricos. Fabricantes de Alemania e Italia -dos actores clave del entramado industrial europeo- venían reclamando una revisión de las reglas vigentes.

Con este cambio de rumbo, Bruselas parece atender la demanda del sector para mantener en el mercado tecnologías como los híbridos enchufables y los vehículos con extensores de autonomía, que utilizan combustibles fósiles, en un contexto de creciente competencia por parte de los fabricantes chinos de autos eléctricos.

Cuáles son las nuevas exigencias de la Unión Europea para el mercado automotor

De acuerdo con el borrador, la UE pasaría a fijar como meta una reducción del 90% de las emisiones de CO2 respecto de los niveles de 2021, en lugar de la exigencia actual de cero emisiones para todos los autos y camionetas nuevos desde 2035. Las emisiones remanentes deberían ser compensadas mediante el uso de acero de baja huella de carbono producido en Europa y de combustibles alternativos, como e-fuels o biocombustibles no alimentarios derivados de residuos agrícolas y aceites de cocina usados.

El plan también introduce mayor flexibilidad en los plazos intermedios. Entre 2030 y 2032, los fabricantes dispondrían de tres años para recortar las emisiones de CO2 de los autos en un 55% frente a los valores de 2021, mientras que el objetivo para las camionetas en 2030 se reduciría del 50% al 40%.

La decisión se tomó – en gran parte- por el avance del mercado chino en el Viejo Continente

Desde la industria, el anuncio fue bien recibido. Volkswagen, el mayor fabricante de automóviles de Europa por volumen, calificó la apertura a vehículos con motor a combustión compensada como una solución “pragmática”, alineada con las condiciones actuales del mercado. La compañía consideró además que los nuevos objetivos de CO2 son, en términos generales, económicamente viables, y valoró el respaldo a los vehículos eléctricos de menor tamaño y a metas más flexibles para 2030.

Las organizaciones ambientales, en cambio, expresaron fuertes reparos. Dominic Phinn, director de transporte de la ONG Climate Group, describió la medida como una “victoria trágica” para la industria tradicional frente a la movilidad eléctrica. A su juicio, diluir la eliminación progresiva de los motores a nafta y diésel perjudica a las empresas europeas que ya están invirtiendo miles de millones en flotas eléctricas y que requieren certidumbre regulatoria.

Reino Unido, en una posición distinta

El Reino Unido, que no formaría parte de esta prórroga, comienza a quedar desalineado de la estrategia europea. La adopción de vehículos eléctricos entre los consumidores británicos avanzó más rápido que en gran parte del continente: entre enero y octubre, los modelos 100% eléctricos representaron el 22% de las ventas de autos nuevos, por encima del promedio de la UE (16%) y también del nivel registrado en Alemania (18%), según datos de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles.

Sin embargo, la industria automotriz británica sigue siendo altamente dependiente del mercado continental. Cerca del 75% de los vehículos producidos en el país se exportan y, de ese total, la mitad tiene como destino la Unión Europea.

“Europa es el principal mercado de exportación para la industria automotriz del Reino Unido y, al mismo tiempo, la mayor fuente de oferta para los compradores locales”, señaló Mike Hawes, director ejecutivo de la Sociedad de Fabricantes y Comerciantes de Automóviles del Reino Unido. En ese sentido, sostuvo que permitir una mayor diversidad de tecnologías después de 2035 le daría a Europa más margen para gestionar la transición sin renunciar a sus objetivos climáticos.

El desempeño de los autos eléctricos en Europa

A nivel global, las ventas de vehículos eléctricos mostraron en noviembre su ritmo de crecimiento más bajo desde febrero de 2024. Mientras el mercado chino se desaceleró, el final de un programa de créditos fiscales en Estados Unidos derivó en el primer retroceso anual de este segmento desde 2019.

En contraste, Europa logró sostener el avance de los patentamientos de vehículos eléctricos -tanto 100% eléctricos como híbridos enchufables- gracias al apoyo de los programas nacionales de incentivos. Según la consultora Benchmark Mineral Intelligence, las ventas crecieron alrededor de un 30% interanual en lo que va de 2025.

No obstante, la penetración de la movilidad eléctrica sigue siendo muy desigual dentro del continente. Los países nórdicos lideran con amplia ventaja, encabezados por Noruega, donde los eléctricos ya concentran el 94% de las ventas, seguida por Dinamarca con el 64%. Más atrás aparecen Suecia (35%) y Finlandia (34%), en niveles similares a los de Países Bajos y Bélgica.

El Reino Unido, con un 22%, supera la media europea, en línea con Austria, y se ubica apenas por encima de Suiza y Portugal. En cambio, grandes mercados como Alemania y Francia permanecen rezagados, con un 18%, mientras que Irlanda alcanza el 17%.

En el resto de Europa, la cuota de los vehículos eléctricos todavía no alcanza los dos dígitos, lo que refuerza la idea de que, incluso a una década de la entrada en vigor de las metas autoimpuestas por la UE, el vehículo 100% eléctrico aún no se consolida como una alternativa plenamente viable para una industria que atraviesa un momento crítico.

I M: Notas sobre negocios y sustentabilidad.