Un descubrimiento sin precedentes en Australia revela la presencia de un dinosaurio gigante en el continente, desafiando las ideas previas sobre los antiguos habitantes de la Tierra. El fósil hallado corresponde al megaraptórido más antiguo conocido y data del Cretácico Temprano.
Este carcharodontosaurio ofrece pistas fundamentales sobre la cadena de depredadores que dominaba la región en esa época, permitiendo reconstruir un panorama nunca antes observado en la historia de los dinosaurios.
Tesoro arqueológico: un fósil de dinosaurio obliga a reescribir la historia evolutiva
La investigación, liderada por el Museum Victoria Research Institute en colaboración con el doctorando Jake Kotevski, se centró en el análisis de cinco fósiles de terópodos encontrados en el estado de Victoria.
Los restos revelan una sorprendente estructura ecológica entre los dinosaurios carnívoros. De acuerdo con el estudio, megaraptóridos de gran tamaño convivieron con carcharodontosaurios más pequeños y con unenlagiinos, lo que sugiere una diversidad inesperada de depredadores.
«El descubrimiento de carcharodontosaurios en Australia es revolucionario», señaló Jake Kotevski. «Es fascinante ver cómo la jerarquía de depredadores en Victoria difirió de Sudamérica, donde los carcharodontosaurios alcanzaron tamaños similares al Tyrannosaurus rex, con hasta 13 metros de largo, superando a los megaraptoridos. Aquí, los roles estaban invertidos, lo que resalta la singularidad del ecosistema australiano del Cretácico», agregó.
Los dinosaurios son la prueba de una conexión entre dos continentes
Los fósiles hallados apuntan a una posible conexión entre Australia y Sudamérica a través de la Antártida durante el Cretácico Temprano. Además, obligan a replantear la línea evolutiva de estos antiguos depredadores.
“Estos descubrimientos desafían las ideas previas sobre la jerarquía de tamaños entre los carnívoros de Gondwana y destacan la singularidad de la fauna cretácica en Victoria”, señaló Rich.
El hallazgo refuerza la teoría de que los dinosaurios migraron entre los continentes antes de la separación definitiva de las masas terrestres, lo que habría dado lugar a trayectorias evolutivas diferentes.
Australia es un enigma prehistórico para la ciencia
El ecosistema australiano representa un verdadero reto para la paleontología, ya que no se ajusta a los patrones que se observan comúnmente en otras regiones del mundo. En este contexto, los fósiles revelan un escenario atípico, donde los megaraptóridos ocupaban el rol dominante y los carcharodontosaurios quedaban en un segundo plano.
Cada nuevo fósil encontrado en la región contribuye a reconstruir el mapa evolutivo de los grandes depredadores, abriendo nuevas vías de estudio sobre la diversidad y dinámica de los dinosaurios que habitaron Gondwana.