El vuelo más largo del mundo ya opera desde Ezeiza: cuál es su verdadero impacto ambiental

El nuevo vuelo que conecta Buenos Aires con Shanghái, operado por China Eastern Airlines, comenzó a funcionar esta semana y promete acortar distancias entre Argentina y China con una ruta inédita de casi 20.000 kilómetros. Sin embargo, detrás del hito aeronáutico se esconde un debate clave: el enorme impacto ambiental que genera uno de los trayectos comerciales más largos del planeta.

Un viaje récord… y una huella de carbono gigantesca

La flamante ruta -que recorre entre 19.600 y 20.100 kilómetros y puede durar hasta 29 horas según el sentido del viaje- se posiciona como el vuelo comercial más largo del mundo en servicio regular. Su escala técnica en Auckland no reduce la distancia total, y el tramo completo se clasifica como “ultra-long-haul”, una categoría donde los aviones operan al límite de su autonomía.

Pero aunque el vuelo marca un avance en conectividad, su huella ambiental es significativa. Para los trayectos intercontinentales extensos, organismos internacionales como la ICAO estiman que cada pasajero de clase turista emite alrededor de 0,052 kg de CO2 por kilómetro. Aplicado a esta ruta, la cifra se dispara según ChatGPT:

  • ≈ 1.040 kg de CO2 por pasajero por tramo, es decir, más de 1 tonelada solo para ir de Buenos Aires a Shanghái.
  • En un viaje ida y vuelta, el impacto por pasajero supera las 2 toneladas de CO2.

Y esto es solo el cálculo de dióxido de carbono. A gran altitud, los aviones generan efectos adicionales -como estelas de condensación, óxidos de nitrógeno y otros compuestos- que multiplican entre 2 y 3 veces el impacto climático. Estudios recientes en Europa sobre vuelos intercontinentales sitúan las emisiones reales de un vuelo largo por pasajero alrededor de 3,5 toneladas de CO2 equivalente, si se incluyen estos factores.

Un impacto comparable al consumo anual de un hogar

La magnitud del dato cobra otra dimensión cuando se la compara con actividades cotidianas:

  • Un solo viaje de ida en esta ruta puede emitir lo mismo que un hogar europeo promedio en un año completo.
  • Las emisiones de un pasajero pueden equivaler también al uso anual de un auto particular o al consumo energético de un departamento pequeño.

Estas cifras explican por qué la aviación de larga distancia, aunque representa una minoría de los vuelos globales, concentra una porción desproporcionada de las emisiones del sector. Según estimaciones independientes, los vuelos intercontinentales son responsables de la mayor parte del calentamiento generado por la aviación.

«La operatoria propuesta se encuentra contemplada en el marco bilateral que rige las relaciones aerocomerciales entre ambos países», señala la resolución del Gobierno de Javier Milei, que impulsa una política de cielos abiertos en el país.

La aerolínea asiática iniciará sus vuelos el 4 de diciembre, con dos frecuencias semanales entre Shanghái y Buenos Aires.

La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) avaló técnicamente la operación, tras constatar que la compañía cumplió los requisitos legales y administrativos.

I M: Notas sobre negocios y sustentabilidad.