El clásico rollo de papel comienza a quedar relegado en muchas cocinas del país. En su lugar, los paños reutilizables se imponen por su practicidad, menor costo a largo plazo y su impacto positivo en el ambiente.
Cada vez más personas optan por repasadores de microfibra, algodón o retazos reciclados, que cumplen las mismas funciones del papel, pero con una ventaja: duran meses, se lavan y no requieren reposición constante. Incluso algunos modelos se presentan en formato de rollo con velcro, para conservar la estética tradicional.
Entre sus principales beneficios se destacan:
- Ahorro económico: eliminan la necesidad de comprar rollos todas las semanas.
- Menos residuos: reducen de forma notable el uso de papel en la cocina.
- Alta resistencia: soportan decenas de lavados sin perder eficacia.
- Sustentables: ayudan a disminuir la tala y el consumo de recursos naturales.
- Versátiles y decorativos: secan, limpian, absorben y suman un toque estético.
Este cambio refleja una tendencia más amplia en los hábitos de consumo: elegir opciones duraderas, prácticas y sustentables.
Aunque el rollo de papel todavía no desaparece por completo, los repasadores de tela ganan cada vez más terreno como una elección consciente, económica y eficiente para el día a día.