La provincia de Buenos Aires es un mosaico de paisajes que invitan a explorar. Desde lagunas tranquilas hasta pueblos que parecen detenidos en el tiempo, las opciones para desconectar de la rutina son infinitas. Entre estos tesoros sobresale Villa Lía, un destino donde la calma rural y la identidad pampeana se combinan para ofrecer una escapada inolvidable.
Situada en el partido de San Antonio de Areco, Villa Lía conserva el espíritu de los pueblos de antaño. Con apenas 1.200 habitantes, es el refugio ideal para quienes buscan historia, naturaleza y sabores auténticos en un entorno campestre.
Dónde queda Villa Lía
Este pequeño paraíso rural se encuentra en el corazón de San Antonio de Areco, a unos 127 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. Gracias a su ubicación, es perfecta para una escapada de fin de semana o incluso un viaje de un día.
Llegar es sencillo: el camino está bien señalizado y, en poco más de dos horas en auto, se puede acceder al pueblo. Una distancia justa para desconectar sin alejarse demasiado.
Qué hacer en Villa Lía
1. Pasear por calles llenas de historia
Recorrer Villa Lía es como retroceder en el tiempo. Sus calles de tierra, casas históricas y arquitectura heredada de los inmigrantes europeos revelan la esencia del pueblo, fundado a principios del siglo XX. A pie o en bicicleta, es una experiencia serena y encantadora.
2. Visitar los Almacenes de Ramos Generales
Los tradicionales almacenes de Pascual y Caunedo son paradas obligadas. Este último, hoy convertido en autoservicio, conserva su fachada original y recuerda la época en la que estos comercios eran el centro social del pueblo.
3. Conocer el Museo y Centro Cultural “Los Rostros de la Pampa”
Con entrada libre, este museo rinde homenaje a los primeros habitantes de la zona. Fotografías, objetos y testimonios permiten reconstruir la vida cotidiana de los inmigrantes que forjaron la identidad local.
4. Admirar la Capilla San José
Ubicada frente a la Plaza José Hernández, esta capilla de 1929 es uno de los íconos de Villa Lía. Su arquitectura sencilla, pero cargada de historia, la convierte en un punto de visita obligado.
5. Probar la gastronomía criolla
Los bodegones y restaurantes del pueblo ofrecen clásicos irresistibles: asado, empanadas, guisos y propuestas caseras que reflejan la tradición culinaria de la región.
Cómo llegar a Villa Lía
El acceso más directo es por la Ruta Nacional 8 hasta empalmar con la Ruta Provincial 41, y desde allí continuar hacia Baradero. Luego de unos 18 kilómetros, las señales conducen directamente al pueblo.
El viaje en auto es agradable y permite disfrutar del paisaje rural bonaerense. También hay servicios de transporte público que conectan San Antonio de Areco con Villa Lía, una opción conveniente para quienes prefieren no manejar.