Con la llegada del frío, el uso de electrodomésticos para calefaccionar el hogar aumenta considerablemente. En espacios como el comedor, uno de los ambientes más transitados, hay un artefacto que destaca por su alto consumo energético: la estufa eléctrica, que puede llegar a gastar más del doble que un televisor encendido de forma continua.
Por qué las estufas eléctricas consumen tanto
Modelos como los caloventores o los radiadores de aceite funcionan a través de resistencias que convierten la energía eléctrica en calor. Si bien son fáciles de usar y suelen ser accesibles, su consumo es elevado: pueden demandar entre 1500 y 2000 watts por hora, muy por encima de los 300 a 400 watts que consume un televisor funcionando durante horas.
En viviendas sin un buen aislamiento térmico o en regiones muy frías, este tipo de calefacción puede convertirse en un gasto difícil de sostener, impactando significativamente en la factura de electricidad.
Cómo se compara la estufa eléctrica con otros electrodomésticos del comedor
A diferencia de la estufa eléctrica, otros dispositivos habituales del comedor, como el televisor, la computadora o una lámpara LED, tienen consumos mucho más bajos y estables.
En cambio, la estufa eléctrica demanda una gran cantidad de energía desde el momento en que se enciende, sin contar con sistemas de regulación automática o modos de bajo consumo que ayuden a optimizar su uso.
Por qué se sigue eligiendo la estufa eléctrica
Su bajo precio, el tamaño reducido y la facilidad de uso son algunos de los motivos por los que muchos hogares optan por este tipo de calefacción, sobre todo en ambientes como el comedor.
Sin embargo, esa practicidad inicial suele traducirse en un alto gasto eléctrico, que termina impactando en la factura de servicios al final del mes.
Alternativas más eficientes para calefaccionar el comedor
Existen opciones más eficientes y económicas a largo plazo, como los aires acondicionados con tecnología inverter, los paneles calefactores o las estufas a gas natural.
Además, pequeños cambios en el hogar también pueden hacer la diferencia: mejorar el aislamiento, colocar cortinas gruesas o simplemente vestirse con ropa adecuada dentro de casa ayuda a reducir la dependencia de los artefactos de alto consumo.