Desarrollaron un ladrillo impreso en 3D para combatir las altas temperaturas

Dos estudiantes suizos desarrollaron un sistema modular que puede reducir hasta 9 ºC la temperatura en espacios públicos y fue finalista del James Dyson Award 2025.

Desarrollaron un ladrillo impreso en 3D para combatir las altas temperaturas

Las olas de calor son cada vez más frecuentes en ciudades de todo el mundo. No se trata solo de un problema en España, Francia o Argentina: la urbanización y el aumento de las temperaturas obligan a pensar soluciones para plazas, parques y paradas de transporte público.

En ese contexto, dos jóvenes suizos de la Escuela Superior de las Artes de Zúrich, Andrin Stocker y Luc Schweizer, crearon blocº, un ladrillo de terracota impreso en 3D que promete aliviar el calor en entornos urbanos. Su innovación fue reconocida como finalista del James Dyson Award 2025, uno de los certámenes de diseño más prestigiosos del mundo.

Inspiración en el pasado

La idea partió de una pregunta sencilla: ¿Cómo enfrentaban el calor las civilizaciones antiguas antes de la ingeniería moderna? Egipcios, babilonios y otros pueblos ya utilizaban materiales porosos como la arcilla para mantener la humedad y generar frescura en sus construcciones.

Siguiendo esa pista, los estudiantes combinaron tecnologías digitales -como pruebas en realidad virtual- con ensayos a escala real. Tras experimentar con distintas mezclas cerámicas, descubrieron que la terracota ofrecía la porosidad adecuada para refrigerar y, al mismo tiempo, mantener estructuras estables.

Se trata de blocº, un ladrillo impreso en 3D

Cómo funciona blocº

El sistema es sencillo y sustentable. Los ladrillos absorben agua, que se evapora cuando el aire caliente circula a través de ventiladores impulsados por energía solar. Con este mecanismo, lograron reducir la temperatura de un espacio en hasta 9 ºC.

El consumo es mínimo: un panel solar genera la energía necesaria para el ventilador (200 vatios-hora diarios) y, en días de más de 30 ºC, se requieren 56 litros de agua. Parte de esa demanda puede cubrirse con la recolección de lluvia, gracias a un techo en forma de embudo capaz de acumular 24 litros en un día.

“Es escalable, móvil y energéticamente eficiente, lo que lo hace ideal para espacios públicos como plazas, paradas de bus o patios escolares”, destacan en el sitio oficial del certamen.

El siguiente paso de Stocker y Schweizer es probar el rendimiento del sistema en entornos urbanos a largo plazo y evaluar su uso en interiores, como naves industriales.

Con blocº, la terracota vuelve a ser protagonista de la innovación. Y aunque todavía está en fase experimental, la propuesta suiza demuestra que la solución al calor extremo podría encontrarse en materiales tan antiguos como sostenibles.

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