Construyen la turbina eólica más alta del mundo: cómo es y para qué sirve

Alemania avanza en la construcción de la turbina eólica terrestre más alta del planeta, un proyecto que podría redefinir el futuro de la energía renovable. Desarrollada por la empresa GICON en la región de Lusacia, la torre alcanzará los 365 metros de altura total -300 metros de estructura más 65 metros de palas- y funcionará como prototipo de una nueva generación de aerogeneradores capaces de aprovechar vientos más estables y potentes.

Construyen la turbina eólica más alta del mundo

Bautizada GICON High Wind Tower (GICON-HWT), la estructura se convertirá en la segunda más alta del país, apenas tres metros por debajo de la icónica torre de televisión de Berlín. Su diseño rompe con la clásica silueta tubular: adopta una estructura de celosía de cuatro patas, similar a los postes de alta tensión, que ofrece mayor estabilidad y eficiencia constructiva.

Uno de los aspectos más innovadores es su sistema telescópico interno, que permite montar la góndola y el rotor a media altura (unos 150 metros) y luego elevarlos hasta los 300 metros finales. Esta solución elimina la necesidad de grúas especiales -que no existen para esas alturas- y facilita las tareas de mantenimiento, al poder descender el conjunto sin desmontar toda la torre.

“El viento, a esa altitud, tiene una velocidad media más alta y una distribución más uniforme, lo que permite que los aerogeneradores trabajen a plena capacidad durante más tiempo”, explicó Jochen Großmann, fundador de GICON.

El prototipo contará con una turbina Vensys 126 de 3,8 megavatios (MW), una potencia moderada en comparación con los modelos más recientes, pero adecuada para esta fase experimental. El objetivo no es alcanzar récords, sino demostrar que la generación mejora significativamente con la altura. Según estimaciones de la compañía, la torre podría producir hasta 18 gigavatios hora (GWh) por año, con un factor de capacidad del 55%, el doble del promedio actual de los parques eólicos terrestres y cercano al rendimiento de las instalaciones marinas.

Para validar estos cálculos, en 2023 se instaló en el sitio un mástil de medición de 300 metros, el más alto del mundo, destinado a registrar datos de viento reales antes de iniciar la construcción.

Otra de las apuestas del proyecto es la producción energética en tres niveles: paneles solares en la base, turbinas convencionales a media altura y aerogeneradores de gran altitud en la cima. Con este enfoque, se maximiza la eficiencia del terreno sin aumentar la superficie ocupada.

Großmann también resaltó que “los costos de construcción y mantenimiento son mucho menores que en los parques eólicos marinos, y se evitan las dificultades logísticas propias del entorno oceánico”.

La GICON-HWT comenzó a construirse en septiembre en Schipkau (Brandeburgo), sin registrar oposición vecinal. Se ubica entre turbinas ya existentes, pero su altura impide interferencias aerodinámicas.

Aunque se trata de un prototipo, GICON prevé ponerla en marcha durante el verano europeo de 2026. Si los resultados son los esperados, podría marcar un punto de inflexión en el diseño y la operación de la energía eólica terrestre.

La nueva turbina busca aprovechar vientos más estables y potentes

En 2024, Alemania lideró en Europa la instalación de nueva capacidad eólica con 1,7 GW, según datos de WindEurope. Con proyectos como este, el país reafirma su papel como motor de innovación en energías renovables dentro de la Unión Europea, donde la demanda crece pero las inversiones aún no alcanzan su potencial.

La torre de 365 metros no solo busca romper récords de altura, sino también redefinir cómo se concibe y construye la energía limpia en tierra firme.

I M: Notas sobre negocios y sustentabilidad.