Si bien faltan algunos meses para la llegada del verano, y por ende del calor, en la Argentina la preparación de nuestra casa se convierte en una prioridad no solo para garantizar el confort, sino también para optimizar el consumo energético y proteger el bolsillo de los ciudadanos.
En un país donde los picos de demanda eléctrica durante el verano alcanzan récords históricos, implementar estrategias de eficiencia energética es más crucial que nunca.
“Argentina enfrenta cada año un desafío significativo en su matriz energética durante los meses más cálidos, particularmente entre diciembre y febrero. El uso intensivo de sistemas de refrigeración, principalmente el aire acondicionado, dispara la demanda eléctrica a niveles sin precedentes. El aire acondicionado, si bien es indispensable para mitigar las altas temperaturas, puede representar hasta un 25% del consumo eléctrico total de un hogar en momentos de máxima exigencia”, comenta Javier Maltz, presidente de la Asociación Nacional de Materiales de Aislación Térmica
Y suma: “La obsolescencia de muchos equipos agrava esta situación, ya que modelos antiguos pueden consumir hasta cuatro veces más energía que sus contrapartes modernas y eficientes”, alerta.
En este sentido, el especialista subraya la urgencia de «adoptar medidas proactivas que no solo alivien la carga sobre la infraestructura energética nacional, sino que también empoderen a los consumidores para gestionar de manera más inteligente sus gastos en servicios básicos. La eficiencia energética no es solo una tendencia, sino una necesidad imperante para la sostenibilidad económica y ambiental de los hogares argentinos».
Cómo preparar tu casa para el verano: consejos para ahorrar energía y enfrentar el calor
Existen remodelaciones y hábitos sencillos que cualquier hogar puede implementar para prepararse para el calor y optimizar el uso de la energía:
- Aislación térmica eficiente: una de las estrategias más efectivas para combatir el calor y reducir el consumo energético es mejorar la aislación térmica de la vivienda. Mejorar la aislación térmica de una vivienda puede disminuir el consumo de energía para calefacción y refrigeración hasta en un 35%. Un hogar bien aislado mantiene una temperatura interior más estable, disminuyendo la dependencia de los sistemas de climatización y, por ende, el gasto en electricidad y gas. La elección del material adecuado es fundamental para maximizar la eficiencia. Entre los más recomendados se encuentran la Lana de Vidrio, el Poliestireno expandido y el Poliuretano
- Sellado de aberturas: revisar y sellar todas las rendijas en puertas y ventanas con burletes o masilla evita la fuga de aire frío (o caliente en invierno), manteniendo la temperatura interior deseada. Este simple paso puede generar un impacto significativo en el consumo.
- Cortinas y persianas inteligentes: instalar cortinas gruesas o persianas que bloqueen la entrada directa del sol durante las horas de mayor intensidad. Las persianas exteriores son aún más eficientes para reflejar el calor antes de que ingrese al hogar.
- Ventilación cruzada: aprovechar las corrientes de aire naturales abriendo ventanas opuestas en momentos clave del día, como las primeras horas de la mañana o durante la noche, permite refrescar el ambiente sin necesidad de climatización artificial.
- Mantenimiento de electrodomésticos: asegurarse que los electrodomésticos clave, como el refrigerador y el aire acondicionado, estén en óptimas condiciones y sean eficientes energéticamente. La limpieza regular de los filtros del aire acondicionado, por ejemplo, mejora su rendimiento y reduce su consumo.
- Iluminación LED: reemplazar las lámparas incandescentes o fluorescentes por tecnología LED no solo disminuye el consumo eléctrico, sino que también reduce la emisión de calor, contribuyendo a un ambiente más fresco.
- Vegetación: poner plantas, plantar árboles o arbustos en puntos clave alrededor de la vivienda puede proporcionar sombra natural, disminuyendo la exposición directa al sol y, por ende, la temperatura ambiente en el exterior y el interior.
“La combinación de una buena aislación térmica con estas remodelaciones y hábitos sencillos no solo garantiza un hogar más confortable durante los meses de calor, sino que también representa una inversión inteligente que se traduce en un ahorro de hasta un 70% en las facturas de luz y gas, al tiempo que contribuye a la sostenibilidad ambiental”, concluye Maltz.