Con la llegada del frío, el aire acondicionado en modo calefacción se vuelve protagonista en muchos hogares. Sin embargo, su correcto funcionamiento no depende solo de la temperatura que marca el control remoto. Para mantener la eficiencia energética, cuidar la calidad del aire y extender la vida útil del equipo, es fundamental realizar un mantenimiento regular, en especial la limpieza de los filtros.
Según fabricantes y especialistas del sector, esta tarea sencilla puede reducir el consumo eléctrico hasta en un 30%, ya que facilita el flujo de aire y evita que el sistema trabaje de más. Además, una correcta higiene de los filtros impide la acumulación de polvo, ácaros, moho y otros contaminantes que suelen recircular en ambientes cerrados durante el invierno, favoreciendo alergias, tos, congestión o irritaciones respiratorias. “Estos elementos actúan como bombas bacteriológicas que afectan la salud, sobre todo en personas vulnerables”, advierten los expertos.
Paso a paso: cómo limpiar los filtros del aire acondicionado
- Apagar y desconectar el equipo antes de comenzar.
- Retirar los filtros, abriendo la tapa frontal o deslizándolos según el modelo.
- Eliminar el polvo acumulado con un cepillo suave o aspiradora.
- Lavar con agua tibia y jabón neutro. En caso de malos olores, se puede usar vinagre blanco. Evitar productos agresivos como lavandina.
- Dejar secar completamente a la sombra para prevenir la formación de moho.
- Volver a colocar los filtros y encender el equipo, verificando que funcione correctamente.
Cada cuánto tiempo hay que limpiar el aire acondicionado
La frecuencia de limpieza depende del uso y del entorno. En hogares con calefacción intensiva o mascotas, se recomienda higienizar los filtros cada 2 a 4 semanas. En espacios con menor exigencia, puede hacerse cada 2 o 3 meses, aunque es clave revisar el estado de los filtros al inicio del invierno y tras los meses de uso continuo.
En el caso de sistemas por conductos o con filtros HEPA, lo ideal es seguir las instrucciones del fabricante y recurrir a profesionales para limpiezas profundas o revisiones técnicas. También es importante que un técnico especializado revise el equipo exterior, especialmente la batería de intercambio, y valore la instalación de un sifón para prevenir olores indeseados.
Un mantenimiento adecuado no solo optimiza el rendimiento del equipo, sino que también evita un consumo excesivo y previene la recirculación de contaminantes en ambientes cerrados. De lo contrario, los filtros sucios pueden reducir el flujo de aire, obligar al sistema a funcionar durante más tiempo y acelerar el desgaste de componentes internos.