Argentina alberga paisajes únicos que despiertan admiración en todo el mundo, lo que atrae a viajeros de distintos rincones del planeta en busca de esa belleza natural tan distintiva. En medio de ese patrimonio, hay un hotel muy particular que, aunque no recibe huéspedes desde hace décadas, se convirtió en un verdadero ícono internacional. Está enclavado en plena montaña, rodeado de un entorno natural inigualable, pero no es posible alojarse allí. ¿Por qué?
Dónde queda el hotel escondido en las alturas que visitan millones de turistas
Se trata del Hotel Villavicencio, ubicado a unos 50 kilómetros de la ciudad de Mendoza, en el corazón de una reserva natural donde habitan especies protegidas como pumas y guanacos. Este edificio histórico, situado en plena Cordillera de los Andes, atrae a miles de visitantes cada año, aunque solo puede ser admirado desde el exterior: sus puertas están cerradas desde 1979 y su historia es tan fascinante como el paisaje que lo rodea.
El Hotel Termas de Villavicencio ganó fama internacional gracias a la reconocida marca de agua mineral que se produce con los recursos hídricos de la zona. Esa misma agua se exporta a distintos países y su etiqueta lleva impresa la imagen del emblemático hotel, reforzando su estatus como símbolo mendocino.
Actualmente, quienes visitan la reserva pueden acceder a una confitería ubicada en las antiguas instalaciones y recorrer el edificio por fuera, pero el hotel no funcionó como tal en los últimos 45 años. Su cierre definitivo se produjo en 1979, poco tiempo después de que Mendoza fuera una de las sedes del Mundial de Fútbol Argentina 1978.
El Hotel Villavicencio no solo es un ícono arquitectónico, sino que se encuentra en un lugar cargado de historia para Argentina y América Latina. Esa zona de la montaña fue parte del recorrido del General José de San Martín durante su gesta libertadora, y mucho antes ya había sido uno de los pasos más relevantes hacia Chile en la época precolombina, clave para el comercio y el intercambio cultural entre pueblos originarios.
Por qué cerró el Hotel Villavicencio
En 1978, el hotel reabrió bajo la administración de un nuevo grupo empresario, con la intención de sumar plazas hoteleras en Mendoza ante la expectativa que generaba el Mundial de Fútbol, del cual la provincia fue una de las sedes. Aunque recibió algunos turistas, la afluencia no fue suficiente para sostener su funcionamiento.
Apenas un año después, en 1979, la empresa entró en quiebra. El Estado intervino el hotel y todo el predio, que ya era considerado una joya natural en plena Cordillera de los Andes. En 1980, un grupo empresario mendocino adquirió la propiedad, pero todos los intentos posteriores por reabrir el hotel como alojamiento quedaron truncos.
En el año 2000, la compañía francesa Danone compró el predio, y al año siguiente, en 2001, toda la zona fue declarada reserva natural protegida. Aunque hubo dos proyectos concretos, en 2006 y en 2012, para reactivar el hotel y volver a abrirlo al público, ninguno logró avanzar.
Desde entonces, la posibilidad de reabrir el Hotel Villavicencio se dejó de lado. Hoy, el edificio funciona como símbolo de la reserva natural, de la montaña mendocina y de la reconocida marca de agua mineral que aún se produce en la zona.