Así es la mega construcción que evita inundaciones y abastece de electricidad a la población

En el antiguo Egipto, el río Nilo era considerado un regalo divino, aunque su comportamiento era impredecible. Sus crecidas, fundamentales para la agricultura, podían ser demasiado escasas o excesivamente abundantes, llegando a provocar inundaciones devastadoras. Para controlar estos ciclos irregulares, se impulsó una obra de ingeniería sin precedentes.

Así es la mega construcción que evita inundaciones y abastece de electricidad a la población

Esa construcción -hoy reconocida como una de las grandes proezas de la ingeniería del siglo XX- no solo permitió regular el caudal del Nilo, sino también abastecer de electricidad a gran parte de la población egipcia. Se trata de la presa de Asuán, una imponente estructura de roca levantada sobre el río con el objetivo de gestionar inundaciones y sequías, además de generar energía hidroeléctrica. Entre sus principales características destacan sus 111 metros de altura, 3,6 kilómetros de longitud, una base de 980 metros y un volumen de 43 millones de metros cúbicos de materiales.

La primera fase del proyecto, conocida como la Baja Presa de Asuán, fue construida entre 1899 y 1902 bajo dominio británico. Aunque logró moderar las crecidas del Nilo, pronto mostró limitaciones que requirieron varias modificaciones.

En 1954, con la llegada de Gamal Abdel Nasser a la presidencia, modernizar la infraestructura del país se convirtió en una prioridad. Considerando insuficiente la presa existente, impulsó la creación de una nueva estructura en un punto más elevado del río.

Se encuentra en Egipto y fue construida hace 50 años

La nueva presa tendría una capacidad de retención mucho mayor y funcionaría también como embalse, dando origen a uno de los lagos artificiales más extensos del planeta: el lago Nasser. Además, su diseño permitía generar energía hidroeléctrica para abastecer la industria y acompañar el crecimiento urbano del país. La llamada Alta Presa o Gran Presa de Asuán tardó cerca de once años en construirse y fue inaugurada en 1971. Nasser, fallecido en septiembre de 1970, no pudo ver concretada su obra emblemática.

Un proyecto de tal magnitud resultaba imposible de afrontar solo con recursos del gobierno egipcio, que terminó recurriendo a la ayuda de la Unión Soviética. La URSS financió aproximadamente un tercio del costo total y aportó maquinaria, ingenieros y personal técnico.

Estados Unidos, el Reino Unido y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento habían contemplado inicialmente participar en la financiación, pero retiraron su apoyo en 1956 por motivos políticos. Fue entonces cuando la Unión Soviética otorgó préstamos decisivos: uno de 100 millones de dólares en 1958 y otro de 225 millones en 1960, destinados a concluir la obra y sus instalaciones de generación eléctrica.

I M: Notas sobre negocios y sustentabilidad.